La presidenta de los populares valencianos, Isabel Bonig, volvió a ofrecer ayer al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, un Consell socialista con apoyo de los populares en el que no tendría cabida Compromís ni sería necesario el apoyo de Podemos en las Cortes. No es la primera vez que Bonig realiza este planteamiento, que en el PSPV ni se toman en serio.

Pero Bonig llegó ayer un poco más lejos al proponer incluso algunos de los nombres que formarían parte de ese gobierno que apoyaría el PP. Así, el actual síndic en las Cortes, Manuel Mata, se convertiría en vicepresidente y en el Consell entrarían, según la propuesta de Bonig, Ignacio Subías como conseller de Sanidad o Carmen Alborch al frente de Educación. La presidenta de las Cortes sería Ana Barceló, también del PSPV.

Así, buena parte de la sesión de control a Puig giró ayer en torno al resultado de las elecciones generales del domingo. Bonig ha asegurado que es el radicalismo del Consell de Puig el que ha facilitado los buenos resultados del PP en la Comunitat Valenciana.

Puig ha respondió que Bonig ha tratado de hacer un gobierno al estilo de Pablo Iglesias, que le propuso en su momento los nombramientos al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, lo que agravó la distancia entre ambos.

Ruina moral y financiera

El presidente ha asegurado que a los populares aún les queda mucho tiempo para que desaparezca el lastre de la peor etapa vivida por la Comunitat Valenciana, la que ha llevado a la ruina moral y financiera. Puig ha asegurado que las elecciones en ningún caso legititiman la corrupción ni comportamientos como el del minisro del Interior Fernández Díaz.

En una de las contestaciones al PP, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, aseguró que los cambios en los gobiernos son responsabilidad directa del presidente y que además las modificaciones no se anuncian, solo se ejecutan. Puig aseguró que en absoluto las elecciones del domingo van a tener repercusión en el Consell, que es muy sólido.