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C's resitúa su espacio tras el ascenso del PP

El partido trata de evitar la irrelevancia acuciado por sus problemas internos y externos

Ciudadanos se resiste a caer en la irrelevancia. Los resultados del domingo y el repunte del PP han supuesto un serio aviso para una formación con poco más de un año de presencia en el panorama político. El partido cumple doce meses en las Cortes, un aniversario al que llega obligado a un reposicionamiento político en el peor momento, con el PP envalentonado, una tendencia de votos que retornan al partido mayoritario en la derecha, una crisis abierta en Alicante, donde su único diputado provincial ha sido expulsado, y recelos mutuos entre los dos sectores que conviven en el grupo parlamentario en las Cortes.

El mensaje de regeneración y centralidad favoreció en plena oleada de casos de corrupción popular el aterrizaje de Ciudadanos en las Cortes. Constituido el tripartito, la formación alternó la crítica al nuevo ejecutivo de izquierdas con ataques sin tregua al PP. En los seis meses de Carolina Punset al frente del grupo, C's ofreció un discurso en ocasiones cercano a PSPV y Compromís y ocupó un espacio bastante alejado de los populares, aunque en discursos como el del valenciano su voz chirrió especialmente. La llegada del nuevo síndic, Alexis Marí, en febrero, mantuvo el discurso de regeneración con duros acometidas al PP. Tanto que Marí fue recibido con hostilidad por los populares y algunos diputados, incluida la síndica, Isabel Bonig, le reprocharon la dureza con la que se empleaba. Algunos hasta dejaron de hablarle.

Desde la tribuna, Marí mostraba imágenes de Carlos Fabra, Alfonso Rus, José Joaquín Ripoll o Rita Barberá que irritaban al PP. Incluso en la comisión del metro, tanto el portavoz como uno de sus diputados de confianza, Antonio Subiela, han sido muy duros con los populares, tanto o más que los de PSPV o Compromís.

En la formación naranja están convencidos de que si lograron mantener los cinco diputados en las elecciones del domingo ha sido precisamente por la crítica a los casos de corrupción del PP.

Pero la pérdida de 40.000 votos ha abierto una vía de agua en la Comunitat Valenciana, pese a que el descenso ha sido menor que en el conjunto de España. Y el espacio de oposición al PP se agota al mismo ritmo que los populares ganan elecciones y dan por amortizada la factura de la corrupción que, según sostienen, quedó ya liquidada en las autonómicas de 2015.

Oposición al tripartito

Paralelamente, la oposición de Ciudadanos ha virado hacia el tripartito y es más cercana a la del portavoz autonómico y concejal en el Ayuntamiento de Valencia, Fernando Giner, que se quedó como referente de la oposición al tripartito municipal tras la imputación de casi todo el grupo del PP.

Ayer, en la primera sesión de control al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, tras la resaca electoral y una vez digeridos los resultados, Marí optó por radicalizar el discurso contra el tripartito. Pero mientras Giner usa en su oposición matices valencianistas, el discurso de Marí es más centralista. El síndic asegura que el Consell ha entrado en una «deriva nacionalista» y es muy habitual escucharle que del reclamar diners al Madrid ens roba hay un paso y advierte, como Giner, de cierta similitud con el proceso soberanista catalán.

Ayer también sacó cuestiones como la inmersión lingüística o el presunto ataque del Consell a la escuela concertada. Llamó varias veces radical a Compromís y «adoctrinador» al conseller de Educación, Vicent Marzà.

Marí, que ayer no dio juego a ninguno de sus diputados en el pleno y copó también las preguntas al presidente pese a que es habitual que el síndic ceda tiempo a sus compañeros se sumó también con fruición a la crítica a los nombramientos «a dedo» en la Conselleria de Sanidad, que incluso sorprendió a la consellera, Carmen Montón, que le reprochó que abrace «con fervor» el discurso del PP. Montón respondió que los nombramientos son legales y avalados por el decreto que firmó el exconseller Serafín Castellano.

Además, Marí presentará al próximo pleno una petición para que el parlamento valenciano repruebe a Arnaldo Otegi, a la que sólo el PP ha dado su apoyo, lo que deja entrever la dificultad del partido para ofrecer un discurso en clave valenciana.

La decisión de Rivera

Con todo, la decisión estratégica de Ciudadanos en la Comunitat Valenciana dependerá de la dirección nacional, donde se han puesto ya condiciones a un acercamiento al PP, con la regeneración y nuevo ejecutivo. La decisión que tome Albert Rivera será crucial para Ciudadanos en la Comunitat Valenciana. Si Rivera se acerca al PP complicará la estrategia de su grupo en la Comunitat Valenciana porque facilitará el abrazo del oso que tanto ansían los populares valencianos.

Una oposición al tripartito en la que ya está consolidado el PP, lo que complica la papeleta de Ciudadanos. Y en política, entre el original y la copia, el votante no suele tener dudas.

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