El Partido Popular (PP) de Alicante se vanaglorió ayer de los resultados obtenidos en los comicios del domingo durante la reunión conjunta del comité ejecutivo y la junta directiva provincial celebrada de siete a ocho de la tarde en la sede provincial de los populares. Ante la euforia, no obstante, el presidente provincial de la formación, José Císcar, pidió prudencia a los cargos y alcaldes allí presentes para no tomar la ampliación de su mayoría electoral como el objetivo final, sino como el primer paso para arrebatar alcaldías de cara a las elecciones municipales y autonómicas de 2019. Y para ello hay dos claves que ya se han percibido y que ayer fueron expuestas abiertamente por el presidente del PP de Alicante: salir a la caza de Ciudadanos (C's) y atacar a los tripartitos por sus políticas y «falta de palabra».

José Císcar ya piensa el devolverle al partido que dirige en la provincia Emigdio Tormo la «jugada» que le hizo vetándole como presidente de la Diputación Provincial. Cuando se constituyó la nueva corporación en julio de 2015, Tormo dio la orden de no aupar a la presidencia de la institución a José Císcar y de apoyar al PP para que obtuviera el mando de la Diputación si el presidente era César Sánchez. Ayer, Císcar apostó en declaraciones a este diario por anular electoralmente a Ciudadanos por haber supuesto, indicó, una «estafa electoral». «Muchos electores que quisieron castigar al PP y votaron en diciembre a otra fuerza creyendo que era ideológicamente parecida, y me refiero a C's, han visto como en Torrevieja, Almoradí o Santa Pola el voto a C's ha servido para darle la alcaldía al PSOE con Compromís, con Podemos o con otras fuerzas de izquierda, por lo que la gente se ha sentido estafada electoralmente y ese voto ya hemos visto que vuelve al PP».

Con la mirada ya puesta en los comicios de 2019, tal y como ya ha ido marcando casi a modo de consigna la dirección autonómica conforme se conocieron los resultados del 26J, Císcar habló de arrebatar alcaldías y recuperar al electorado. Los populares abordaron el repunte de votos en localidades de la Vega Baja o L' Alacantí -se hizo hincapié en los datos por comarcas- y se destacó el logro de obtener un diputado más por Alicante a costa de perderlo el PSOE, escaño que le ha costado el puesto al socialista Herick Campos.

Uno de los escollos que a partir de ahora buscarán superar los populares es la recuperación de las alcaldías en municipios donde, pese a ser la formación más votada, se encuentra en la oposición por el famoso sistema de pactos. Es por ello que José Císcar no dudó en volver a atacar a los tripartitos, entre ellos el de Alicante -del que dijo que ha sido más conocido por cosas negativas que positivas- y, como no, se refirió también al Consell como un gobierno incapaz de hacer lo que dice e impulsor, a su juicio, de políticas catastrofistas. También recordó las informaciones sobre «enchufismos» en la Conselleria de Sanidad. Además, valoró los resultados de las elecciones en la Comunidad Valenciana como un «toque de atención» al bipartito de Ximo Puig y Mónica Oltra.

Sin Gerardo Camps

La ejecutiva pidió -por cierto, sin la presencia de Gerardo Camps, que sigue sin aparecer desde que se inició la campaña electoral- reflexión, análisis y prudencia con los datos pese al éxito obtenido. El PP ha ganado las elecciones y esa idea no podía dejar de imperar en caras, en gestos, en comentarios y en el fuerte aplauso otorgado por los presentes a los principales cargos cuando entraron por la puerta de la sede. El cabeza de lista por el PP al Congreso de los Diputados, el también ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García Margallo, fue recibido con una ovación que rompió la calma de los minutos previos a su llegada. El ministro destacó que el Partido Popular ha demostrado tener «fuerza» y una «gran estructura» para remontar incluso las situaciones más duras. Junto a García Margallo, hicieron su entrada al compás de los aplausos el presidente Císcar y el número dos del PP en la provincia, Eduardo Dolón. Se respiraba victoria, aunque distintos dirigentes populares señalaron que hay que tener mucha calma porque se viene de un año muy duro y de unos resultados anteriores que algunos confesaron que habían dejado al partido desmotivado. «No somos de desmoralizarnos porque la gente del PP es muy fuerte, pero es cierto que había un sentimiento de abatimiento del que estas elecciones nos ha sacado para seguir trabajando con fuerza», señaló ayer un responsable popular.

Por otro lado, García-Margallo tildó de «magnífica noticia» que no se produjera el «sorpasso» porque el PSOE fue junto a PP y UCD una de las fuerzas constitucionalistas, por lo que dijo que eso permite «aventurar esfuerzos en un sentido u otro» para la próxima legislatura.