Una buena política «exige buenos consejos, un buen control de la Administración y las finanzas y, sobre todo, un gran comportamiento ético». Con ese propósito, la Generalitat seguirá trabajando con el Consell Juríric Consultiu (CJC) porque, con la «dedicación y experiencia» de sus miembros, el alto órgano «ayudará decisivamente a esta Comunidad». Son las palabras que Ximo Puig pronunció ayer, en el acto por los 20 años del CJC. Este órgano, que cobija a los expresidentes, ha sido cuestionado en más de una ocasión. Su máximo responsable, Vicente Garrido, dejó un discurso casi de despedida, ya que su mandato acaba tras el verano. Garrido ha sido distinguido con la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort. INFORMACIÓN