El protagonismo que el diputado provincial de Compromís Gerard Fullana ha tomado en la corporación provincial como azote de la oposición ha abierto un nuevo frente para César Sánchez. El presidente de la institución provincial ya le ha echado un pulso al gobierno autonómico con la presentación de los recursos contra los decretos del Consell que reducen competencias de las diputaciones en materia turística y deportiva. La «otra guerra» se la está encontrando en la institución que preside, donde el diputado de Compromís y concejal de Agua en el Ayuntamiento de Xaló ha aireado asuntos que no le han gustado nada a Sánchez. Gerard Fullana denunció la adjudicación de 2,5 millones al pueblo del que Sánchez es alcalde, Calp, para mejorar los accesos al municipio y al polígono industrial construyendo dos rotondas sobre suelo que, en parte, perteneció a su suegra. Desde entonces se ha complicado el conflicto del agua en la Marina Alta.

Los problemas con el suministro son históricos en esta comarca que no es, precisamente, un territorio con encaje provincial. Allí se encuentra el pequeño municipio de Xaló, que ahora carece de agua potable. A partir de la adjudicación a Calp de esos más de dos millones, la voz de Fullana se ha alzado con dureza desde la oposición y César Sánchez le ha devuelto la pelota con el agua.

Un día después de que Compromís llevara al pleno el asunto de los accesos a Calp en suelo de la familia del presidente y anunciara su intención de llevar el asunto a la Fiscalía, la Diputación licitó las ayudas al pueblo de Fullana para acometer el cambio de la red de agua potable. El mensaje que trasladó es que mientras el portavoz de Compromís metía el dedo en la llaga con un asunto que para los populares no tenía importancia alguna, el gobierno de Sánchez concedía ayudas al de su azote político para mejorar la red de aguas, justo la competencia municipal de Fullana. El portavoz de Compromís recordó que esa obra licitada en Xaló, que cuenta con una subvención de más de 300.000 euros de la institución provincial, fue acordada a lo largo del mandato de Luisa Pastor y no por César Sánchez.

Esta pasada semana se celebró la reunión del Consorcio de Aguas de la Marina Alta. En él estaba previsto votar el «plan estratégico de inversiones urgentes» que afecta a Xaló y Llíber. Permite garantizar agua potable en verano y paliar los problemas por los altos niveles de aluminio en el caudal de esas dos poblaciones. Finamente la reunión acabó sin someter el plan a votación, decisión que llegó después de que los alcaldes de la Marina de Compromís y PSOE -entre los que estaba el de Xaló y el portavoz socialista en la Diputación, José Chulvi- impidieran sacar adelante dos propuestas de Sánchez. Por un lado, la aprobación de un presupuesto de 176.000 euros, y por otro, la inclusión en el órgano de aguas del diputado de Ciclo Hídrico, Francisco Sáez.

Otro tema emponzoñado es el trasvase solicitado por Xaló a Calp para recibir el agua que baja de la Vall de Laguar. Mientras Xaló no lo recibe, éste sí fue avalado para Benissa en 2015 a través de un convenio por el que Calp cedía agua de socorro a la localidad gobernada por su jefe de gabinete en la Diputación, Juan Bautista Roselló. El viernes, el PP de Xaló emitió un comunicado denunciando fugas de agua de 800 metros cúbicos por día que aumentan la factura que pagan los ciudadanos. Acusaban a Fullana de usar su puesto de diputado para promoción personal y le reclamaban explicaciones por estas fugas. Una batalla que no ha hecho sino comenzar.