Una década después del accidente del metro que segó 43 vidas en la ciudad de Valencia, los máximos responsables del Consell que gestionaron aquella tragedia no se han movido un milímetro de su argumentario de entonces.

La Generalitat hizo todo lo que política y humanamente pudo para ayudar a las víctimas, jamás hubo consigna ni apagón informativo, no tuvo conocimiento de que se aleccionara a los ponentes de la primera comisión de investigación y si el exvicepresidente Juan Cotino se acercó a las familias y dejó su teléfono particular sólo fue por interés de ayudar, porque tenía experiencia en tragedias tras sus años en la Jefatura de la Policía española.

Tal fue la transparencia en la gestión, según el expresidente Francisco Camps, que todo el Consell se convirtió en una «oficina de comunicación». Camps, como Cotino antes, y el exconseller de Infraestructuras y Transportes Mario Flores, después, evitaron en todo momento la autocrítica en su comparecencia, no reconocieron error alguno, sólo buena voluntad por parte de su Gobierno de ayudar y únicamente al final de su intervención, Camps pidió «disculpas» si algún familiar consideraba que el Consell había fallado en algo.

Unas disculpas que resultan insuficientes para los familiares de las víctimas que mantienen que la gestión del Consell fue deshonesta con ellos. «Es muy doloroso escuchar las mismas mentiras de hace diez años», resumió la presidenta de la asociación de víctimas, Beatriz Garrote, que añadió que el trato a las familias fue deshonesto, porque el exvicepresidente Cotino sólo dio su teléfono a determinadas familias, reprochó. Camps compareció ayer en la comisión de investigación de las Corts durante dos horas. En su declaración eludió en todo momento la palabra «perdón», aunque trató de buscar cercanía con las víctimas, media docena de ellas presentes en la sala. Comenzó su intervención dándoles el pésame y aseguró que había estado con los afectados «desde el primer minuto» del siniestro. Preguntado sobre su responsabilidad en la tragedia, el exjefe del Consell invocó los cinco autos judiciales para explicitar que no la hubo, aunque sin citar la reapertura. Camps dejó sin contestar numerosas preguntas de los diputados de PSPV, Compromís, Podemos y Ciudadanos. «Fue una gran tragedia, inmensa, pero hice todo lo que mis capacidades humanas y políticas me permitieron», insistió sin salirse de su guión.

Camps añadió que la dimisión del entonces conseller de Infraestructuras José Ramón García Antón hubiera sido un acto de cobardía porque debía seguir para dar todas las explicaciones que fueran necesarias. En ese punto se refirió a su propia dimisión, que nada tiene que ver con el accidente del metro, por el caso Gürtel en 2011. «No podía permitir que el presidente de la Generalitat se sentara en el banquillo. Francisco Camps a título personal, sí», proclamó.

Añadió que el Consell siempre colaboró con la Justicia, buscó evitar el marasmo burocrático a los afectados, como ocurrió en casos como Tous o Ardystil. Él mismo, dijo, instó al PP a abrir una comisión de investigación en las Corts lo más rápido posible, que no interfiriera con la judicial. El exjefe del Consell añadió que grupos como Ciudadanos, Podemos o Compromís ni estaban ni se les esperaba en las Corts y que nunca presionó ni al PP ni a Alberto Fabra para nada.