Ximo Puig, líder del PSPV y presidente de la Generalitat, le ha echado un órdago de proporciones mayúsculas a Pedro Sánchez, candidato socialista a la presidencia del Gobierno. Apenas unas horas después de que Ferraz se negara de plano a compartir las candidaturas al Senado con Podemos, la dirección del PSPV acordó iniciar conversaciones no sólo con los de Pablo Iglesias sino también con Compromís y EU -socios a su vez al Congreso- para compartir lista al Senado. Es un intento del PSPV no sólo de quitarle la mayoría al PP en la Cámara Alta sino también de «salvar» los muebles ante la posibilidad de quedarse sin senadores electos una vez que todo apunta a que los socialistas repetirán como tercera fuerza autonómica en esos comicios del 26J.

A pesar de la negativa de Pedro Sánchez, la resolución se tomó por unanimidad y con un amplio consenso. Hubo de hecho alrededor de una veintena de intervenciones, todas favorables a explorar esa posibilidad. Los críticos, encabezados por Francesc Romeu, ni siquiera acudieron a la cita que presidió el propio Puig. El jefe del Consell evitó entrar en la cuestión de la fórmula electoral que se puede utilizar -hoy de hecho está prevista la primera reunión entre los posibles socios de esa lista al Senado- pero durante la reunión citó el ejemplo de la Entesa Catalana de Progrés. Fue una coalición entre los socialistas catalanes, ERC e Iniciativa que lideró el espacio catalán del Senado durante varias legislaturas con un grupo propio. En cualquier caso, todas las opciones están abiertas. Ximo Puig bautizó esa posible entente de la izquierda como un «Acord Valencià». Compromís y Podemos están conformes con esta alianza al Senado. Así que todo apunta a que, en principio, el pacto se podría concretar.

Según informó la dirección de los socialistas valencianos, este «Acord Valencià» debe servir para defender tanto la viabilidad del autogobierno como el futuro de la Comunidad, además de contribuir a desplazar al PP del Gobierno central. La resolución aprobada por la ejecutiva del PSPV recuerda que las elecciones autonómicas de junio de 2015 supusieron un cambio histórico ya que, por primera vez en 20 años, las fuerzas de progreso tenían mayoría en las Cortes y el PP pasaba a la oposición. El documento destaca también «la capacidad de diálogo y entendimiento» entre el PSPV, Compromís y Podemos para, tras esos comicios autonómicos, suscribir «el Acuerdo del Botánico que permitió a su vez formar un Gobierno progresista» en la Generalitat.

La dirección socialista considera que si no se acaba de una vez «con la infrafinanciación y la infrainversión que injustamente sufrimos y que con el PP se han acentuado, el autogobierno no es viable y están en riesgo todos los avances conseguidos en estos meses y los que podamos alcanzar en el futuro». Según el PSPV, ese Acord Valencià en el Senado debe basarse, precisamente, en tres ejes muy claros: reforma de la Constitución, impulsar un cambio del modelo de financiación y reconocer la deuda histórica además de conseguir que los Presupuestos del Estado garanticen las inversiones que corresponden por población.

A última hora de la noche, la dirección del PSOE elevó el tono de la pugna con una comunicación, difundida a través de Efe, en la que mostró su rechazo a la propuesta de los socialistas valencianos de configurar esa candidatura conjunta al Senado al argumentar que el proyecto del partido es «autónomo» y no va ligado a otras formaciones. Ferraz alertó de que el acuerdo que se pueda sellar en la Comunidad debe pasar el filtro de la Comisión Federal de Listas, que se reunirá el próximo viernes para aprobar las candidaturas al Congreso y al Senado en las elecciones del 26 de junio. Y eso significa que lo vetarán en Madrid.