La partida ficticia de 1.300 millones de euros que el Consell de Ximo Puig incluyó en sus primeros presupuestos de la Generalitat sirvió al Ejecutivo valenciano para cuadrar las cuentas de 2016 con una previsión de déficit del 0,3% y, al tiempo, para hacer bandera de la infrafinanciación autonómica. Ahora bien, esta previsión de ingresos reivindicativa es el principal talón de Aquiles de un presupuesto sobre el que el Ministerio de Hacienda presiona para que el Consell ejecute un tijeretazo que garantice el cumplimiento de los objetivos de estabilidad. Y no sólo el Gobierno central reniega de la citada partida de ingresos.

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) dio a conocer ayer un informe sobre las cuentas públicas de las comunidades autónomas en el que denuncia que gobiernos, como el valenciano, siguen inflando sus presupuestos mediante previsión de ingresos «poco realistas».

Fedea pone en evidencia la partida de 1.325 millones de euros que el Consell incorporó como ingresos procedentes del Estado pero que difícilmente serán percibidos ya que no aparecen en los Presupuestos Generales del Estado. Además de a la Comunidad, Fedea señala a Cataluña, Asturias y Murcia. Las cuatro juntas prevén unos ingresos de 2.778 millones que no están en las cuentas generales de donde deberían salir. Una apuesta «arriesgada», señala el informe.

Pero el riesgo de incumplir por la vía de los ingresos no sólo radica en las transferencias del Estado. También, en opinión del Observatorio Fiscal y Financiero de las Comunidades Autónomas, las comunidades continuan sobrevalorando el resto de ingresos, es decir, aquellos que provienen de la gestión de los tributos propios.