Cuatro meses y diez días se cumplen hoy desde las elecciones generales. Ciento treinta días sin Gobierno que han tenido sus efectos negativos colaterales, como es el caso de la paralización del desarrollo de cuatro proyectos de infraestructuras que ya se tambaleaban en el tramo final de la anterior legislatura, y que ahora llevan más de cuatro meses parados y sin visos de solución a corto plazo. La ampliación de la estación del AVE, la remodelación de los accesos al aeropuerto, la incorporación de un operador privado en el corredor ferroviario de alta velocidad con Madrid y el eterno bloqueo que sufre el trasvase de agua de calidad desde el Júcar.
La Junta Central de Usuarios del Trasvase Júcar-Vinalopó continúa negociando en un proceso interminable las normas de explotación del trasvase, ya sin la toma de Cortes de Pallás encima de la mesa y con un nuevo problema añadido, la obligación de dejar de extraer agua de unos acuíferos que seguirán utilizados por Murcia.
En materia de infraestructuras, tres son los temas sin concretar: los accesos viarios al aeropuerto (paradójicamente se aprobaron definitivamente a los tres días del 20-D), la ampliación del estación del AVE -con o sin intermodal- y un tema que resulta capital para mejorar los servicios de la línea de Alta Velocidad con Madrid, la incorporación de un gestor privado. Un proyecto personal de la ministra Ana Pastor que no encuentra socios. En cuanto al Corredor Mediterráneo todo sigue parecido. Las obras avanzan a un ritmo más lento que el que quieren los empresarios, existe el compromiso de que sea una realidad en Alicante en 2018, pero la conexión del Puerto con el «AVE de mercancías» sigue sin aparecer negro sobre blanco.
Fomento ha dejado en la agenda del próximo Gobierno las obras para ampliar la estación de Alicante en la zona de la playa de vías, en concreto, entre los andenes de los trenes de cercanías y el AVE. Una decisión de la que no ha habido justificación oficial, pero que está ligada al futuro de la zona donde hay dos propuestas: el soterramiento integral y la construcción de una estación intermodal en el lugar de la actual, o la modificación del plan urbanístico para ejecutarlo entre el antiguo paso a nivel de Ausó y Monzó y la Vía Parque.
Adif proyectaba la construcción de un nuevo andén de 387 metros de largo y 8 de ancho. El objetivo es que la terminal pase finalmente a contar con un total de 14 vías, de las que 10 serán de ancho internacional (vías actuales de ancho ibérico se transformarán en ancho estándar) y 4 de ancho ibérico para atender al tráfico de cercanías y larga distancia. El nuevo andén estaría situado en un espacio libre entre la zona donde operan los trenes de cercanías y los actuales AVE. La actuación se completa con la construcción de una zona para el estacionamiento de trenes.
Nada se sabe, por otro lado, de la privatización parcial de la línea de alta velocidad entre Alicante y Madrid. Una apuesta personal de la ministra de Fomento, Ana Pastor, que se ha quedado en el cajón por el rechazo de la iniciativa privada. A las empresas que aspiraban al concurso no les salían las cuentas, se acabó la legislatura y todo se quedó aparcado hasta este año. Renfe, la operadora pública, sigue siendo la única en un corredor que tiene ya un movimiento de dos millones de pasajeros al año pero con capacidad para duplicar las frecuencias. La apuesta de la ministra sigue en pie pero todo se aplazó sin fecha y habrá que esperar el resultado de las próximas elecciones y la composición del Gobierno que salga de las urnas.
Otra de la asignaturas pendientes atrapadas en el limbo en el que entró España tras el 20-D ha sido la remodelación de los accesos al aeropuerto. El 23 de diciembre, tres días después de las elecciones generales, el Ministerio de Fomento aprobó el proyecto definitivo de construcción para la esperada mejora de los accesos viarios al aeropuerto de Alicante-Elche, con una inversión de 29,3 millones de euros para duplicar la carretera N-338, que conecta a lo largo de 4,75 kilómetros la N-332 con la circunvalación de Alicante. Una actuación necesaria que, sin embargo, de momento está condenada a la espera. Básicamente, el proyecto consiste en la mejora integral de los 4,75 kilómetros de la N-338 con la construcción de dos carriles en cada sentido y cuatro enlaces. Uno a IFA y la Vía Parque, otro a la N-332, otro a la circunvalación (A-70) y otra a la rotonda de entrada al aeropuerto que ya se hizo para la nueva terminal, aunque necesite una mejora. El aeropuerto provincial espera cerrar el año con cerca de 11 millones de pasajeros, casi medio millón más que en 2015, lo que refuerza su carácter de entrada al turismo que elige la Costa Blanca.
