El auto del juez de la Audiencia Nacional confirma punto por punto las investigaciones realizadas durante los últimos años que ya adelantaban que la contratación de la cobertura audiovisual de la visita de Benedicto XVI fue un dechado de pecados en materia de corrupción y bofetadas a la ley de contratos. Una cobertura que costó 7,4 millones a las arcas públicas, aunque casi la mitad se repartió en mordidas entre los miembros de la trama. El juez José de la Mata describe en su auto cómo fue el reparto de los fondos sustraídos. «La organización logró hacerse con un total de 3.387.197,16 euros» en mordidas que se repartieron entre los presuntos cabecillas de la trama. Juan Cotino no aparece en este reparto.

«Una comisión de 500.000 euros fueron a parar a los bolsillos de Pedro García, «por su participación en la adjudicación como director de RTVV». El periodista y directivo «utilizó dos empresas de su entorno familiar para ocultar el destinatario último del dinero»: Grupo Avalon SL y Vianago Sociedad Cooperativa. Por estos hechos han acabado imputados dos familiares de García, Vicente Torró y su esposa, fallecida recientemente. De la Mata también especifica que Pedro García cobró otras prebendas en «especie» como «prendas de vestir en Milano y Forever Young por 3.550 ?) y el usufructo de un Mini S Cooper Cabrio.

Otra comisión de 200.000 euros se la quedó la empresa Teconsa por su participación como empresa pantalla en la operación: figuró como adjudicataria y distribuyó de forma opaca los cobros percibidos de RTVV».

Álvaro Pérez «El Bigotes», que ejerció de «intermediador en la adjudicación del contrato a Teconsa, se embolsó 500.000 euros. Pablo Crespo y Francisco Correa obtuvieron 957.305 ? «en efectivo que se ingresaron en la caja B» del Grupo Correa. Otros 230.000 se destinaron a «financiar una operación inmobiliaria en La Nucia (la Marina Baixa) que impulsaron Correa, «El Bigotes» y José Ramón Blanco Balín (empresario del grupo Correa), quien también recibió un pellizco de 249.000 euros.