El president de la Generalitat, Ximo Puig, y el presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, acordaron ayer en Murcia una defensa común del trasvase Tajo-Segura, así como la defensa conjunta del Corredor ferroviario Mediterráneo.

Puig respondió a preguntas de los periodistas que no está de acuerdo con el presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page, en materia de agua, ya que con Sánchez considera que esa cuestión no debe estar «permanentemente siendo objeto de enfrentamiento» entre comunidades, e incluso el presidente murciano fue más explícito al afirmar que quería acabar definitivamente con las guerras del agua.

«Somos gente de paz y acuerdo y poco guerreras», explicó Puig, quién recalcó que el agua no puede ser objeto de confrontación y el trasvase del Tajo es un instrumento «fundamental que vamos a defender y que queremos que continúe».

«Queremos agua de calidad y para siempre y no posiciones frentistas», manifestó Puig, y ambos presidentes mencionaron la posibilidad de que se llegue en España a un gran pacto del agua.

Ambos presidentes incluyeron en la agenda del encuentro el análisis de las infraestructuras, especialmente las que tienen que ver con el Corredor Mediterráneo. Según Puig, «no puede ser» que esta obra «avance como una tortuga» cuando se trata de un gran proyecto de Estado. «No se puede exigir cada día lo que es obvio, ni que haya una discusión permanente sobre este eje de desarrollo», lamentó, teniendo en cuenta, remarcó, que en Europa son conscientes que es necesario.

«Vamos a convocar al resto de regiones del Arco Mediterráneo» para apoyar este eje, avanzó Puig

Por su parte, el presidente murciano recordó que más del 70 por ciento del PIB nacional se concentra en esa zona, por lo que pidió que se aceleren los trabajos técnicos y los proyectos, en los que la llegada a Cartagena consideró que es algo irrenunciable para Murcia.