Más presión para las maltrechas arcas del Consell. El Ministerio de Hacienda, comandado por Cristóbal Montoro, ya tiene pensados algunos de los ajustes que deberán acometer las comunidades autónomas para tratar de finiquitar el ejercicio sin rebasar el objetivo de déficit. Una de ellas es la contención en el gasto sanitario. Según ha tenido constancia este diario, Montoro deslizó esa idea durante el tenso Consejo de Política Fiscal y Financiera que se celebró este viernes en Madrid. En concreto, les trasladó que intenten limitar el gasto farmacéutico y les animó a adoptar medidas para que el dinero destinado a Sanidad no se dispare. En la práctica, les exigió recortes.
Esas medidas quedarán plasmadas por escrito en la reunión bilateral que mantendrán próximamente técnicos de la Conselleria y del Ministerio. En este encuentro se abordarán los posibles tijeretazos que tendrá que poner en marcha la Generalitat y que podrían estar cuantificados en cerca de 1.000 millones de euros. Al menos, esa es la intención de Montoro.
El Consell, por su parte, sigue en rebelión. Insiste en que su problema es de ingresos y no de gastos, y por ahora no está dispuesto a acometer más recortes. La consecuencia, sin embargo, puede ser nefasta para los intereses del Ejecutivo de Ximo Puig. Dramática. Como último recurso, el Gobierno central podría intervenir las cuentas de la Generalitat, tal y como amenazó el propio Montoro en una misiva remitida a Valencia hace un par de semanas. La ley le ampara.
Precisamente, los técnicos de la Conselleria aprovecharán su reunión con sus homólogos del Ministerio para poner encima de la mesa la imposibilidad de cumplir con el déficit autorizado para este año, un 0,3% del PIB. Pero, ¿por qué? El problema tiene nombre y apellidos: modelo de financiación autonómica. El actual sistema de reparto de fondos priva a la Comunidad Valenciana de ingresar más de 1.000 millones de euros anuales que le corresponderían en función de su población. Y, lo peor, el Gobierno en funciones no tiene en mente, al menos por ah0ra, reformar ese modelo. Dado su carácter quinquenal, el actual reparto de dinero tendría que haber expirado el 1 de enero de 2014. Sin embargo, la endeblez de las arcas estatales y la posibilidad de que se abriera una guerra entre comunidades animaron al Ejecutivo central a aplazar la reforma.
La situación se ha agravado ahora más si cabe después de que el Ministerio haya decidido bloquear la llegada de préstamos para pagar a los proveedores. Tal es el clima de crispación con Madrid que el conseller de Hacienda, Vicent Soler, lanzó el viernes duros ataques contra Montoro a puerta cerrada que dejaron «descolocado» al ministro, según afirmaron asistentes a la reunión en Madrid.
