La exconcejala del Ayuntamiento de Valencia, Maria José Alcón, se acogió ayer a su «derecho constitucional» a no declarar en la primera comparecencia de los investigados en la pieza del presunto «pitufeo» o blanqueo de dinero en presencia de todas las partes. Tampoco quiso hacer declaraciones a los periodistas a la entrada y salida de la Ciutat de la Justicia. Su abogado sí que explicó que está «fastidiada físicamente» e «indudablemente» afectada por todas las informaciones que se han publicado. En un coche la esperaba su marido, Alfonso Grau, quien al ser preguntado si tenía algo que decir exclamó: «Sí, que se vayan todos a hacer puñetas»