El exvicepresidente del Consell y conseller de Sanidad, Vicente Rambla, negó ayer de forma taxativa que él fuera el ideólogo del plan para ocultar facturas sanitarias que ha acabado con una multa de la Unión Europea de 18,9 millones de euros.

Rambla defendió su gestión en los años en los que tuvo responsabilidad en el área de Sanidad, después de que este periódico desvelara ayer la existencia de un informe que señala que el plan para esconder el gasto se ideó en los años en que precisamente Rambla ocupó la dirección general de Régimen Económico de Sanidad. El exconseller mantuvo el cargo entre 1995 y 1997.

Según ha sabido este diario de fuentes conocedoras de los hechos, la ocultación del exceso de gasto sanitario se había convertido en una práctica sistemática en las cuentas valencianas desde los años 80, con los socialistas en el poder, aunque con la llegada de los populares al Consell en 1995 sus dimensiones aumentaron hasta el punto de que en 2011 afloraron 1.900 millones de facturas no contabilizadas. El grueso de ese dinero, 1.860 millones, correspondía precisamente a la Conselleria de Sanidad.

«Facturas sin constancia»

El exvicepresidente, en un escrito remitido ayer este diario, asegura que a su llegada al Consell en 1995 lo que hizo fue «tratar de aflorar y conocer las facturas» existentes, de las que «ciertamente no se tenía constancia ninguna y que realmente se debían por parte de la Conselleria de Sanidad a los proveedores sanitarios». Rambla argumenta que «por desgracia» tanto entonces, a la llegada al Consell del PP, como ahora, con un gobierno de izquierdas en el Consell, el presupuesto para atender a la sanidad Publica, que tan buen servicio presta, es «insuficiente».

Rambla insiste en que cuando asumió el cargo de director general de Régimen Económico el presupuesto era «insuficiente» incluso para atender las nóminas y recuerda que se vio en la obligación de enviar una carta a centenares de proveedores sanitarios para que remitieran a la conselleria «la relación de facturas pendientes con indicación de importes y fechas» ante la situación de pagos pendientes que habían recibido de los anteriores gestores sanitarios, dice.

«Mi proceder entonces y siempre ha sido transparente, ajustándose a la normativa contable que en aquel momento existía». También sostiene el exvicepresidente que desde su departamento se trasladó toda la información tanto a la Intervención como a la Sindicatura de Cuentas respecto a las obligaciones pendientes, una información que era recogida en sus correspondientes informes anuales, sostiene el extitular de Sanidad. «No tenía ningún sentido y carece de toda lógica pedir y tener la información y trasladarla solo a un órgano» de los dos citados, señala.

Ideólogo de la cuenta 409

En 1999, Vicente Rambla fue nombrado conseller de Hacienda. Desde esa cartera elaboró y aprobó en 2001 el primer Plan General de Contabilidad de la Generalitat Valenciana «en el interés de hacer aflorar la realidad y mejorar la gestión contable», según él mismo reivindica.En este sentido, un año después y mediante la Instrucción de Contabilidad, se estableció la Regla 5ª de Operaciones pendientes de aplicar al presupuesto. En ella se regula la conocida como cuenta 409, pensada para «cuando por razones justificadas» se haya efectuado un gasto fuera de presupuesto, y para que estas obligaciones queden reconocidas «con imputación al Presupuesto del ejercicio siguiente, a través de la cuenta 409 prevista en el Plan General de Contabilidad Pública de la Generalitat Valenciana».

En el escrito remitido ayer a este diario por el exconseller, Rabla recuerda asimismo que, siendo él conseller de Sanidad, puso en marcha un plan de pago a proveedores para dar salida a las facturas que en su departamento se encontraban en aquel momento por pagar. Y siendo este esfuerzo reconocido en el Informe de la Cuenta General del año 2005 de la Sindicatura de Cuenta que recalcó: «Debe ser destacado favorablemente el esfuerzo realizado por la Conselleria de Sanidad para elaborar y poner en marcha el Plan Estratégico de la Agencia ya que su desarrollo constituye una poderosa herramienta de gestión para un conjunto de programas presupuestarios de suma importancia tanto cualitativa como cuantitativamente».