Las grabaciones que figuran en el sumario de la investigación sobre el presunto blanqueo de capitales en el grupo popular del Ayuntamiento de Valencia dejan en evidencia en varias ocasiones el modus operandi que presuntamente usaban los concejales y asesores para el blanqueo.

En varias de ellas participa la exconcejal de Cultura María José Alcón. En la que este diario publicó ayer, Alcón da detalles a su hijo, Vicente Burgos, de la forma de operar de la trama que consiste, según se desprende de la grabación a Alcón, del ingreso legal de mil euros en la cuenta del partido, un gasto que después era resarcido mediante un cobro en metálico de dos billetes de 500 euros, que procederían, según los indicios, del amaño de diferentes contratos públicos.

En la documentación aparece otra grabación, esta vez de la propia Alcón con su hermana Cristina, grabada el 17 de abril de 2015 y en la que se refieren a la firma en una cuenta, pero en la que Alcón llega a asegurar que le dijo a «Juanjo», en referencia a su hermano, que realizara una transferencia de mil euros «que han blanqueado en el partido» y se refiere también a «todo el dinero negro que tienen». Y aún da más detalles: «Me dieron todos los billetes de 500 y yo tenía que hacer una transferencia legal de mil euros; que los blanquean así», señala la exconcejal.

La conversación deja entrever el malestar de la exconcejal Alcón, que empieza a verse fuera de las listas electorales del PP de la ciudad, e incluso se lamenta en la conversación con su hermana de los «feos» que le hace «ésta mujer», en posible referencia a la entonces alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Alcón cae en desgracia cuando se destapa antes de las elecciones municipales del pasado mes de mayo de 2015 las grabaciones en las que habla con el exgerente de Imelsa Marcos Benavent de un posible cobro de comisiones y de amaño de contratos públicos. Finalmente, Barberá la deja caer. En la conversación, Alcón ya detecta «hostilidad» hacia ella por parte de la alcaldesa de Valencia. «Yo no sé lo que va a pasar», remata.

Cristina: ¡Oye, María José tú ¿cómo actuaste?. Tú quedaste, ¿cómo has quedado con los fondos de inversión? ¿metiste el dinero, no lo has metido? ¿Cómo has quedado?

María José Alcón: Mira, le he dicho a Dolores que me habían surgido unos imprevistos y que ya la llamaré. De todas formas tú tienes firma mía.

C: No tengo firma tuya, Yoyes.

M. J. A.: Juanjo tiene, o la mamá tiene, la mamá tiene.

C.: Yo no tengo firma tuya.

M. J. A.: Juanjo, sí, Juanjo, sí. Le dije que hiciera una transferencia de esos mil euros que han blanqueado en el partido, de todo el dinero negro que tienen, o sea me dieron todos los billetes de 500 y yo tenía que hacer una transferencia legal desde el BBV de 1.000 euros. Que los blanquean así. ¿De dónde viene este dinero? Pues de una donación de un concejal que procede de esta cuenta corriente, de una transferencia bancaria y tal y cual? es muy gordo todo eh! el PP lo tiene muy crudo tía.

C.: Ya, ya.

M. J. A.: Yo no sé, yo no sé lo que va a pasar porque los feos que me hace a mí esta mujer, fíjate, en vez de ser un espacio de confort, todo el deseo que yo tenía, cómo hay tanta hostilidad.

A partir de ese momento, la documentación recoge un resumen de la conversación y que realizan los investigadores. María José dice que la están llamando para ser interventora, pero que ella no quiere. En ese punto comentan sobre la trama de Imelsa que ya ha estallado por esas fechas. Dicen que es «muy fuerte» y se refieren a Marcos Benavent, el entonces gerente de Imelsa, como «Marquitos». La hermana de Alcón asegura que «el led» solo «se podía» (textual) con la empresa de Benavent y María dice que «de Rus». La hermana responde que da igual, que es lo mismo. En ese momento, Cristina dice textualmente que «a la puta calle» y en otro pasaje que «tienen muy poca vergüenza». Ambas están preocupadas por el futuro electoral del PP y quedan que si sale alguna encuesta sobre intención de voto se la enviarán por whatsapp.

«Lo mucho que se ha robado»

En el resumen de la conversación se asegura que también hablan «de lo mucho que se ha robado con las adjudicaciones, sobre todo en Valencia». La investigación detecta que los amaños eran habituales en el área de Alcón.