La crisis interna que atraviesa Podemos a nivel nacional, que la noche del pasado martes vivió su último capítulo con la destitución del secretario de Organización, el «errejonista» Sergio Pascual, ha pasado por ahora de puntillas por la sede de la formación «morada» en Valencia. Las fuertes tensiones a nivel orgánico, que ya se han extendido a regiones como Madrid, Galicia, País Vasco o Cataluña con numerosas dimisiones por todo el territorio, no parecen que vayan a ramificarse en breve hasta la Comunidad Valenciana, donde la cúpula actual, con Antonio Montiel al frente, siempre ha tenido el apoyo público de Íñigo Errejón.

De hecho, el actual «número dos» de Podemos, que mantiene un pulso con Pablo Iglesias por el control de la estrategia política de la formación, rompió la neutralidad hace ahora poco más de un año cuando se posicionó a favor de Antonio Montiel durante el cierre de la campaña para el Consejo Ciudadano Autonómico. Es decir, cuando Montiel intentaba liderar la consolidación política de Podemos en la Comunidad. El actual síndic «morado» en las Cortes, por entonces candidato a secretario general autonómico, contó con el apoyo explícito de Errejón en un simbólico acto de cierre de campaña que llenó el Teatro Olympia de Valencia.

Pese a todo, no ha habido hasta la fecha ningún movimiento explícito, ni se espera en el seno de la organización autonómica, para «devolver» ese apoyo a un debilitado Errejón, el «avalista» de la cúpula de Podemos en la Comunidad. Al menos, por ahora. En la jornada de ayer, horas después de que se conociera la destitución cerca de la medianoche del «fontanero» de Podemos, Sergio Pascual, una maniobra orquestada por Pablo Iglesias, el líder «morado» en la Comunidad prefirió apostar por el silencio. Desde su equipo argumentaron que estaba en actos vinculados a las Fallas. Sí hizo un gesto público, muy significativo en la batalla entre Iglesias y Errejón, la diputada Àngela Ballester, secretaria de Coordinación Ejecutiva en el Consejo Ciudadano Estatal, donde se mantiene como uno de los principales apoyos de Íñigo Errejón. Ballester fue ayer una de las «errejonistas» reconocidas que compartió ayer en su perfil personal en Twitter el mensaje publicado por Sergio Pascual horas después de anunciarse su destitución, en el que decía: «Dos años de dejarme la piel constituyendo organización y participación popular. Sigo comprometido con el proyecto de mayorías por el cambio». En cambio, Ballester no compartió entre sus seguidores un «tuit» de Iglesias, publicado a media tarde del martes, en el que el líder de Podemos anunciaba el envío de una carta a los círculos y a la militancia. Poco después de hacer pública esa misiva, Iglesias destituyó a la «mano derecha» de Errejón por «falta de confianza» y una «gestión deficiente» de las crisis territoriales que sufre Podemos en España y que ha acabado por numerosas renuncias por toda España.

Otro perfil

En el Consejo Ciudadano Autonómico también se ha registrado un goteo de dimisiones en los últimos meses, aunque fuentes próximas a la formación aseguran que no ha tenido una relación directa con las luchas de poder que se viven a nivel nacional. «Han sido por cuestiones personales o por no estar en línea con las estrategias de Montiel», aseguran.

Las mismas fuentes sostienen que Pablo Iglesias, que nunca fue un «devoto» de Montiel, ya no confía en que el actual secretario general autonómico sea el adecuado para seguir liderando Podemos en la Comunidad Valenciana. «Mónica Oltra es quien realmente gusta a Pablo Iglesias... Ése es el perfil que quiere para liderar el partido», sostienen. Esa «afinidad» pública, que gusta más bien poco entre los afines a Montiel, se tradujo en la coalición que Compromís y Podemos forjaron ante las elecciones generales del pasado mes de diciembre y que tiene visos de mantenerse si se vuelve a repetir el paso por las urnas ante la imposibilidad de formar gobierno a nivel nacional.