La presidenta del Partido Popular en la Comunitat Valenciana, Isabel Bonig, tiene hoy una complicada papeleta. Bonig se reunirá con los concejales del Ayuntamiento de Valencia investigados por presunto blanqueo para reclamarles el acta. Bonig se enfrenta a una rebelión ya que los concejales no están dispuestos a entregar el acta e incluso aseguran que de la apertura del sumario no se deduce la existencia de pruebas concluyentes por lo que se remiten a los estatutos del partido, que sitúan la línea roja en la apertura de juicio. Fuentes de la dirección admitieron ayer que el equipo municipal se ha rebelado y señalaron que la dirección hará valer sus prerrogativas. Añadieron que la posición del partido no ha cambiado y que es la misma que se acordó en su día con ellos, la reclamación del escaño cuando se produjera la apertura del sumario si se mantenía la investigación, antes imputación.

Encuentro en el ayuntamiento

Bonig se reunirá hoy con los concejales populares en el Ayuntamiento de Valencia para tratar su situación tras el levantamiento del secreto de sumario. Las fuentes populares señalaron que la posición la dirección del partido es firme pese a las declaraciones del portavoz del grupo municipal popular, Alfonso Novo, quien defiende que seguirán en el cargo y pedirán el sobreseimiento del caso por no existir pruebas que demuestren comisión de delito.

Mientras, el presidente provincial del PP y de la Diputación de Castellón, Javier Moliner, uno de los aliados de Bonig en la dirección del PP, dijo ayer que si él fuera la exalcaldesa de Valencia y actual senadora, Rita Barberá, entregaría su acta, y cree que es necesaria una actitud «muy contundente y que no deje dudas».