La tensión latente entre la Generalitat Valenciana y la Diputación de Alicante, la primera gobernada por la coalición del PSPV y Compromís y la segunda por el PP, contrasta con las «relaciones fluidas» que mantiene el Consell con la institución provincial de Castellón, también en manos populares.
Según fuentes del Ejecutivo autonómico, la comunicación con las diputaciones de Valencia (esta sí en poder del PSOE) y Castellón es «fluida, hemos mantenido reuniones y contactos con Javier Moliner -presidente popular de la Diputación de Castellón-, pero no sabemos qué es lo que pasa con César Sánchez, él sabrá».
Además, desde el Gobierno valenciano aprovecharon para lanzar otro dardo a Sánchez y sostuvieron que las reuniones «bilaterales no es con nosotros con quien las tiene que celebrar, que se reúna con los alcaldes de los municipios de la provincia, que es a los que tiene que inyectar dinero, que se preocupe de eso».
Respecto a XarxaLlibres, el programa de gratuidad de libros de texto dirigido a alumnos de Educación Especial, Primaria, Secundaria y Formación Profesional Básica por el que cada familia recibe 200 euros por la compra de libros de texto y que está cofinanciado en partes iguales por la Generalitat Valenciana, las diputaciones y los ayuntamientos, las mismas fuentes recalcaron la negativa de Sánchez a acogerse al plan. «Mientras que los otros presidentes provinciales no tuvieron ningún problema, el de Alicante no encontraba una fecha para poder proceder a la firma del convenio y quería hacerlo a escondidas».
«Yo invito, tú pagas»
Sánchez ya cargó el pasado viernes contra el Consell en el frente común que escenificó el PP en Valencia con presencia de la líder del partido, Isabel Bonig, al considerar que programas como XarxaLlibres al final han consistido en «buscar el "yo invito" pero "tú pagas"», por lo que volvió a exigir a Ximo Puig que «asuma sus competencias y deje gobernar a las diputaciones provinciales».
