El empresario valenciano Ricardo Fuster, acusado de cohecho por haber pagado el jet privado en el que el exalcalde de Alicante Luis Díaz Alperi y la exconcejala Sonia Alegría viajaron a Creta en agosto de 2008, ratificó ayer ante el magistrado Manrique Tejada que fue Pedro Muguruza, delegado de Enrique Ortiz en Valencia, quien en un bar de esa ciudad le entregó un sobre con los 36.000 euros que costó el alquiler del aparato. Con la misma rotundidad, Muguruza, que declaró como testigo, negó tal hecho, lo que llevó a que, a instancias del fiscal, el juez acordara un careo en el que ambos mantuvieron sus posiciones.
Fuster ratificó el contenido de la carta que el pasado diciembre su abogado presentó en la Fiscalía, en la que ponía nombre y apellido a la persona que asegura que le entregó el dinero (y que en su anterior declaración ante el juez dijo desconocer), y justificó no haberlo hecho entonces «por temor» a implicar a «un hombre poderoso» como Ortiz, lo que le «preocupa».
En su comparecencia de ayer, Fuster relató que ha recibido «algunas llamadas y manifestaciones de alguna persona diciéndole que se cuide con lo que dice y hace», algo a lo que también aludió en la misiva, en la que aseguraba que «a través de terceras personas le han llegado mensajes acerca de las consecuencias negativas para su propio cliente o para su entorno, derivadas de la información que revele».
Al término de su declaración y a preguntas de este diario, el empresario dijo que veía «lógico» que Muguruza lo negara todo y que aunque en su anterior cita con el juez no apuntó a Ortiz, «esperaba que se hubiera deducido de lo que dije».
A preguntas sólo de las acusaciones, el empresario, y hasta estos hechos amigo de Alperi, reiteró lo que ya dijo en su declaración anterior: que después del viaje le reclamó el dinero al exalcalde, que éste le indicó que se lo facturara a Ortiz, que en las oficinas del promotor se negaron a pagar nada pero que después de que se lo comunicara a Alperi, y de que le dijera que no se preocupara, le citaron en un bar de Valencia próximo a la sede empresarial de Ortiz donde Muguruza apareció con un sobre con 36.000 euros que contó para constatar que estaba todo.
Un sobre que Muguruza aseguró ayer ante el juez que no había entregado «nunca» aunque sí admitió que Fuster había estado en las oficinas de Ortiz en Valencia en una fecha que no supo precisar. Sobre el motivo de la visita, el máximo responsable en Valencia de los negocios de empresario de Alicante contó que fue para pedir que le asesoraran sobre seguridad laboral porque Fuster era «un pequeño promotor con gente de poca preparación». Muguruza agregó que le respondió que no podía ayudarle porque «no prestaban ese servicio».
A preguntas José Luis Romero, abogado de EU, acusación popular en este proceso junto al PSOE, el testigo aseguró que después de aquel encuentro no ha vuelto a tener ningún trato con Fuster, de quien negó incluso que hubiera pedido que le abonaran la factura de los 36.000 euros o que se hubiese visto alguna vez con él en un bar. Cuando le atendió fue en las oficinas de la empresa, precisó.
Las acusaciones enmarcan el pago del alquiler del jet en las prebendas con las que Ortiz (investigado en estos hechos junto a Alperi y la exalcaldesa Sonia Castedo, entre otros, además de Fuster) habría agradecido al político del PP la información reservada que sobre el planeamiento de la ciudad le habría facilitado.
El Ayuntamiento de Alicante, personado en la causa como perjudicado, no estuvo presente.
