Si Emilio Máñez Domínguez se hubiese dedicado al fútbol jugaría en la posición de mediocentro. Un puesto clave en el equipo, pero cuya importancia es inapreciable para el espectador. No para la UDEF de la policía judicial, que considera a Máñez «pieza esencial» en la presunta trama de pago de mordidas y sobornos por parte de Avialsa, la contratista de la extinción áerea de incendios que se ha llevado 45,3 millones en adjudicaciones del exconseller Serafín Castellano, agasajado por el dueño de la empresa, Vicente Huerta, con regalos de cacerías, un rifle y otros detalles.

Máñez es uno de esos tipos de perfil bajo en política -era teniente de alcalde de la localidad valenciana de Quartell- pero su importancia fue crucial tanto en aparato del PP de Castellano como en los negocios de la trama. Durante un tiempo Máñez fue el denominador común que permite hermanar los dos grandes casos de corrupción que afectan a las facciones irreconciliables del PP: la que lideró Serafín Castellano y la que comandaba su enemigo Alfonso Rus. Porque el exteniente de alcalde de Quartell compatibilizó sus negocios bajo el paraguas de la trama Avialsa con un sueldo en la empresa pública Imelsa, el epicentro de la red del que fuera presidente de la Diputación Valencia.

Entre 2003 y 2007 fue uno de los asesores a sueldo de la firma de la corporación provincial valenciana. Según información de la que dispone este periódico, ocupaba plaza de coordinador adscrito al entonces diputado de las empresas públicas provinciales Francisco Huguet, exalcalde de Quartell y mano derecha de Serafín Castellano en el PP y en la comarca del Camp de Morvedre. La UCO de la Guardia Civil está investigando precisamente la relación de puestos de trabajo de Imelsa en los últimos años para detectar a los zombis, los desplazados a la diputación en una cesión ilegal de trabajadores y aquellos que entraron por enchufe en la firma.

Francisco Huguet, padrino de Máñez, fue colocado en la diputación por el todopoderoso Serafín Castellano. Luego lo sitúo a su vez en Avialsa para que se encargara de las relaciones entre la empresa de Huerta y las administraciones públicas. Huguet, que fue también presidente comarcal del PP, y Máñez han trazado carreras políticas y personales paralelas.