El PP provincial reclamó ayer al presidente de la Generalitat, el socialista Ximo Puig, que tome nota del gobierno de Baleares -también bipartito de izquierdas-, se «olvide del mando a distancia desde Valencia» y apueste por una política turística descentralizada, en lugar del decreto regulador de las competencias de la Diputación que ultima el Consell.

El vicesecretario provincial del PP, Rafael Candela, exigió a Puig que siga el camino de su homóloga balear, la también socialista Francina Armengol, que ha decidido ceder la gestión turística a los consejos insulares de cada una de las cuatro islas en aras a una «mayor eficiencia de gestión de las administraciones más próximas» al ciudadano. «Armengol ha dado una lección de talante político a Puig», explicó Candela. «Y le ha mostrado el camino. En el caso de Alicante, la Diputación es la administración más cercana a los ciudadanos», añadió el dirigente popular para rechazar el decreto que interviene de facto las competencias de la institución en turismo y deporte.

Mientras, la batalla de la Diputación contra el decreto del Consell continúa y mañana comienza una nueva ronda de contactos de la institución con profesionales del sector turístico «para debatir la necesaria coordinación que debe existir entre administraciones pública». Se trata de la primera reunión del foro conocido como «Ágora Costa Blanca», que contempla un total de ocho mesas de trabajo con representantes de alojamientos de interior, extrahoteleros, agentes de viaje, comercio, transporte, hoteles, restauración y gastronomía, turismo activo y deportivo.