No hubo ayer político en España que, puesto frente a un micrófono, no fuera preguntado por la rueda de prensa ofrecida por la exalcaldesa de Valencia, Rita barberá, para dar explicaciones tras las acusaciones que la implicarían en una operación de blanqueo de 50.000 euros por parte del grupo municipal popular, destinados a sufragar la campaña electoral del pasado 24 de mayo. Uno de los más madrugadores fue el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, quien afirmó que las declaraciones de la exalcaldesa «describen lo que significa» la actual senadora territorial del PP y constatan su «falta de crédito democrático». Aunque el jefe del Consell se negó a hacer mayor valoración de las palabras de la senadora del Partido Popular, sí manifestó que «actitudes» como la de Barberá le producen «tristeza». «Sus declaraciones la retratan perfectamente, tanto a ella como a Camps», concluyó. Más crítico fue el secretario general de su partido, Pedro Sánchez, que ironizó con que el PP en las últimas semanas «ha pasado de ocupar las páginas de la sección de política en los periódicos a la crónica de sucesos».

Por su parte, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, recordó a la exalcaldesa que tiene la «obligación legal» de comparecer ante las Corts Valencianes, y le parece «preocupante» que califique a la cámara como un «tribunal popular totalitario». «Acudir a la comisión es una obligación legal, no se puede no ir», señaló Oltra en la rueda de prensa posterior al pleno del Consell.

Rajoy evita hacer declaraciones

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, participó en la tarde del jueves en un foro de debate. Pese a todo, no fue preguntado por la exalcaldesa y evitó mencionarla o referirse a ella. Sí se han manifestado sobre sus declaraciones otros destacados dirigentes del partido Popular. El portavoz en el Congreso, Rafael Hernando,defendió que conoce a Barberá desde hace muchos años y no tiene «la menor duda de que es una mujer honrada, y eso es evidente». Hernando pidió asimismo que cesen «los linchamientos» que, a su modo de ver, se están produciendo en los últimos años, y que no se establezca un «régimen de sospecha».

Desde Podemos y Ciudadanos, organización fuertemente criticada por la exalcaldesa en sus declaraciones, cuestionaron también sus palabras. Por parte de la formación morada, el eurodiputado, Pablo Echenique, valoró de «inexplicable» que la exalcadesa no dimita: «la responsabilidad política es evidente».«Es como si Alí Babá de repente dice que no sabía que esos 40 señores estaban dedicándose a lo que se dedicaban», puso como ejemplo. Albert Rivera, sin embargo, optó por la ironía: «Le falta decir '¿y cómo lo han hecho sin robar, como nosotros?'».