El secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, tiene previsto reunirse hoy en Dénia con el diputado provincial Eduardo Dolón para tratar de consensuar el polémico decreto por el que la Generalitat tutelará la política turística y el presupuesto de promoción de la Diputación, cuando ésta se desarrolle fuera de los límites de la provincia como, por ejemplo, en las ferias nacionales e internacionales. Tras la tormenta de la pasada semana, que acabó forzando al Consell a levantar del orden del día del pleno el visto bueno oficial al decreto, Colomer se cita con Dolón para buscar consenso, pero sin conocer todavía qué cuestiones le va a trasladar el diputado para corregir el texto del decreto, que ha sufrido ya tres modificaciones.
Y es que el Patronato Provincial de Turismo no había respondido todavía ayer, según apuntaron fuentes de la Agencia Valenciana de Turismo, al comunicado que Colomer le remitió el viernes reclamando sugerencias o posibles cambios. En el Consell sostiene, además, que prácticamente toda la oposición de la Diputación le ha llegado por las informaciones que se han venido publicando. En este ambiente, Colomer y Dolón intentarán en Dénia un acercamiento para corregir un decreto que, en principio, está previsto que pueda aprobarse este mismo viernes.
La Diputación, que puede verse privada de una partida presupuestaria clave en sus relaciones con municipios y empresarios, tiene claro, al menos hasta hoy, que si el decreto sigue adelante como estaba previsto en el pleno del pasado viernes terminará llevándolo al Juzgado, aunque la iniciativa del Consell parta de una ley aprobada en 1983 que nadie cambió. La oposición frontal del presidente de la Diputación, César Sánchez, contrasta con la respuesta del propio sector turístico, donde hay división de opiniones.
El decreto ha provocado también la división en el propio sector empresarial turístico de la Costa Blanca. Los hoteleros, que mueven el 80% de negocio turístico y siempre han sido más independientes, no están disgustados por el decreto pues consideran que mejorará la coordinación de la promoción turística y se evitarán duplicidades. En el otro extremo se sitúan las pequeñas organizaciones empresariales, más ligadas tradicionalmente al Patronato de Turismo y, por lo tanto, sensibles con las demandas de la Diputación. Lo cierto, por otro lado, es que la Agencia Valenciana no les ha tenido tampoco muy en cuenta a la hora de preparar el cambio de modelo que fija ese documennto.
En el seno del Patronato duelen también las formas con las que el Consell ha preparado la aplicación de la ley de 1983. Hasta Fitur todo fue una balsa de aceite, y el grado de comunicación entre el diputado Dolón y Colomer, secretario autonómico de Turismo, fue el máximo. Pero ya en la feria de Madrid la relación comenzó a debilitarse, al comprobarse, o entenderse así, que el centralismo se impuso y la uniformidad del mensaje casi acabó comiéndose la imagen de la propia marca «Costa Blanca».
Hoy, en la Diputación la sensación es que el Consell aprieta cada vez más por un sólo objetivo: Controlar el contrapoder que supone la institución, autoproclamada como gobierno provincial, frente al supuesto centralismo valenciano. Y al fondo el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que ya ha dejado claro que no se trata de expropiar nada pero que el decreto sigue adelante porque, como recordó el viernes en Alicante, las competencias sobre turismo son autonómicas.
