El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, advirtió ayer de la necesidad de levantar la «hipoteca reputacional» de la Comunidad Valenciana porque la imagen, dijo, «no es la mejor», como ha podido comprobar en sus viajes a Alemania y EEUU. Es un freno, sugirió, para intentar captar inversiones del extranjero. Frente a eso, el jefe del Consell se comprometió a trabajar para «reconstruir la confianza» haciendo visible «el rostro más auténtico de esta sociedad» trabajadora y creativa y, parafraseando al «Tío Canya» -personaje de una de las canciones más populares de Al Tall- señaló: «Nadie nos hará agachar la cabeza». Así se pronunció Puig durante la sesión de control en las Cortes a la pregunta del Síndic de Compromís, Fran Ferri, sobre los escándalos de corrupción del PP en la Comunidad y las medidas que, hasta ahora, se han tomado.

A lo largo de su intervención, Puig destacó que la Generalitat ya ha puesto en marcha una web de transparencia web de transparencia para que todo el mundo pueda consultar información sobre gastos del Consell y elaborará un código de buen gobierno, mientras se está personando en todas las causas de corrupción a través de la Abogacía de la Generalitat. «Los valencianos somos gente trabajadora, honrada, honesta, que cada día intenta hacer posible su proyecto de vida», aseveró. El titular del Consell subrayó que la corrupción afecta a «la moralidad, la ética» y «una sociedad que no está basada en la ética está enferma», pero también a ámbitos como el económico y concretamente a las inversiones extranjeras. En este punto, puso de relieve que mientras la inversión extranjera se ha incrementado en un 42% en España, en la Comunidad sólo lo ha hecho un 9%.

El máximo responsable de la Generalitat admitió que la Comunidad no tiene «la mejor imagen» y se mostró convencido de que «ayudaría mucho» a limpiarla «que aquellos protagonistas de ese tiempo asumieran su responsabilidad». «Que no haya un espíritu autocrítico me parece terrible», recalcó. Desde la tribuna parlamentaria y siempre en su respuesta a Fran Ferri, se lamentó de que «cuando la Taula estaba funcionando, estaba funcionando para intentar impedir el trabajo de policías, fiscales, periodistas políticos y grupos políticos» y si la situación no se hubiera visibilizado «estarían muy tranquilos de ánimo y de espíritu». «No era una teoría conspiratoria como hemos escuchado muchas veces», ha dicho, recordando que la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá Rita Barberáhablaba de «una trama contra el PP que era propia del comunismo» y el expresidente de la Diputación de Valencia Alfonso Rus se refería a «una trama dirigida, muy dirigida».

En su respuesta, el portavoz de Compromís, Fran Ferri, se quejó de que los valencianos tengan que aguantar la idea que circula en redes sociales y medios de que «en Valencia la corrupción y la paella como en ningún sitio» y denunció que somos víctimas «del saqueo continuado» pero también «del discurso que nos dibuja como corruptos». A su juicio, los responsables de la corrupción, en referencia al PP, han usado a los ciudadanos «como escudos humanos» y, «envueltos en la Senyera, acusaban de antivalencianos a aquellos que querían sacar toda la porquería a la luz, que ahora está saliendo a punta pala». Aseguró que la corrupción «no ha sido un problema para el PP mientras ese 5, 4, 1 -5% para el partido, 4% para el adjudicatario y 1% para el intermediario, dijo- pagaba mítines y campañas». Ahora, lanzó el parlamentario de Compromís, llega la «operación de distracción» en la que dicen, refiriéndose al PP, que «son casos aislados».