La senadora Rita Barberá se ha quedado definitivamente sola. Si ayer al coro de presión para que abandone la Cámara Alta se sumaron la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y la secretaria de Estudios y Programas, Andrea Levy, su partido en las Cortes acabó por aceptar su comparecencia en la Cámara.

La presidenta de los populares valencianos, Isabel Bonig, cree que sería más adecuado que Barberá rindiera cuentas en el Senado, pero su grupo no se opondrá a que lo haga también en las Cortes. No obstante, el PP considera que la petición de los grupos de izquierda para que Barberá explique cómo afecta la operación Taula a su labor como senadora sólo busca el eco mediático, en un momento en que todo el interés se sitúa sobre la exalcaldesa.

Barberá tendrá que comparecer en las Cortes próximamente. Es probable incluso que antes de que acabe el mes. Podemos, que la pasada semana solicitó su comparecencia y también que se estudie si el Parlamento valenciano, que validó su nombramiento, puede pedir su inhabilitación, puso el 29 de febrero como fecha más probable, aunque en el PSPV señalan que no hay tiempo material porque la comisión en la que participará, la de Coordinación, Organización y Régimen de las Instituciones, arrastra asuntos pendientes.

El portavoz de Podemos, Antonio Montiel, aseguró que la senadora está obligada a comparecer porque así lo regula la norma que rige el nombramiento de senadores territoriales. La cuestión que le plantean las Corts es que explique cómo afecta a su trabajo en defensa de los intereses de los valencianos en el Senado su presunta implicación en la operación Taula.

Mientras, el síndic del PSPV, Manolo Mata, calificó de desprecio la ausencia de Barberá en la reunión de ayer en el Palau convocada por el presidente Puig; el diputado nacional de Compromís, Joan Baldoví, dijo que a él le daría vergüenza cobrar un sueldo público sin acudir a trabajar y el expresidente Joan Lerma, dijo que el problema del PP es de «legitimidad» para aconsejar sobre la corrupción.

«Una causa general»

La presencia de la exalcaldesa centró la reunión de la junta de síndics ayer en las Cortes. Bonig lamentó que se busca arrinconar a su partido «y acabar con el PP» y llegó a decir que existe «una causa general contra su partido; que comparezca todo el mundo, haya o haya», dijo.

Todos los grupos con representación en la Cámara, apoyan pues que Barberá, que guarda silencio, dé explicaciones ante el órgano que avaló su nombramiento. Además, la de Barberá no sería la única presencia de un cargo popular en activo.

Compromís pidió ayer la presencia en la comisión que investiga el accidente del Metro de la propia presidenta de los populares, Isabel Bonig, que era consellera de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente cuando su departamento recibió un informe de irregularidades en Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) elaborado por el que era jefe de seguridad de la compañía, Arturo Rocher, según explicó la diputada Isaura Navarro. Compromís añade que ya pidió en octubre la presencia de Barberá en la Cámara.