El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se convirtió ayer en uno de los protagonistas de la jornada que convocó el grupo del PP de la Diputación para desgranar los Presupuestos de la institución provincial para este año. Tanto César Sánchez, que abrió el acto, como José Císcar, que lo cerró, cargaron con dureza contra el jefe del Consell y le advirtieron de que no consentirán que el Ejecutivo autonómico intervenga las cuentas de la Diputación en materia turística. Tal y como ha venido informando este diario, la Generalitat tiene previsto aprobar un decreto el próximo viernes en sesión plenaria que, de facto, minaría las competencias en Turismo de la corporación provincial. En el texto, el Consell apuesta por una «programación conjunta y articulada de las actividades para evitar la dispersión de esfuerzos y potenciación, en el interior y el exterior, de la realidad global de la Comunidad».

Para el PP, sin embargo, ese decreto terminará diluyendo la marca Costa Blanca. «Un socialista de Morella no puede controlar nuestro turismo desde un despacho de Valencia», sentenció César Sánchez. El titular de la Diputación remarcó que el Palacio Provincial está estudiando emprender acciones legales para preservar su autonomía en el área y se mostró convencido de que el decreto esconde otro trasfondo: «Detrás de esta intervención hay algo mayor. Él cree en los "Països Catalans" y es consciente de que si la provincia de Alicante desaparece y se comarcaliza, le será más fácil que formemos parte de esos "Països Catalans"». Esas palabras levantaron un sonoro aplauso de los cargos populares allí presentes. Y añadió: «Puig además sabe que Alicante, que es una provincia fuerte y unida, jamás aceptará formar parte de un modelo federal de España ni de unos Països Catalans"».

Poco después le recogió el testigo el presidente provincial del PP, José Císcar. Tras calificar de «esencial» el papel que desempeña la Diputación de Alicante, Císcar denunció el «centralismo» que quiere imponer Puig «desde Valencia» y proclamó: «No lo vamos a consentir». «La marca Costa Blanca está reconocida en todo el mundo y si sale adelante el decreto cederá su espacio a la marca Comunidad Valenciana», continuó. El dirigente popular también admitió el desgaste de su partido por la corrupción y se comprometió a que todos los militantes tengan voto en la elección de la nueva dirección regional.

Otro de los que censuraron la intervención que está promoviendo la Generalitat fue el ex diputado provincial de Turismo Joaquín Albaladejo. Afirmó que Puig quiere promover la llegada de más vuelos al aeropuerto de Castellón a costa de reducir la afluencia turística de Alicante, y vaticinó: «La gente y la pasta se irán a Port Aventura».