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Sánchez acepta condonar un 40% de la deuda de la Comunidad si gobierna

La negociación pone sobre la mesa dos medidas que sacarían al Consell de la quiebra

Sánchez acepta condonar un 40% de la deuda de la Comunidad si gobierna

La negociación que mantienen los socialistas y Compromís en el Congreso para llegar a un acuerdo que permita la investidura de Pedro Sánchez ha puesto encima de la mesa dos medidas que sacarían a la Generalitat de la quiebra económica en la que la dejó el PP. Otro sistema de financiación en un plazo de seis meses, una propuesta que está en el documento que la comisión del PSOE ha enviado a sus posibles socios de gobierno. Y una iniciativa que, combinada con la mejora del reparto de fondos del Estado, sería clave para poder reflotar el Consell: ese nuevo Gobierno de Pedro Sánchez estaría dispuesto a asumir el pago de las cantidades que el Ejecutivo de Rajoy ha endosado a la Comunidad a través del rescate -Fondo de Liquidez Autonómica (FLA)- con lo que en la práctica la actual deuda de la Generalitat se podría llegar a reducir hasta en un 40%. Pasaría de los más de 40.000 millones que recoge el último informe del Banco de España a unos 25.000. Un balón de oxígeno que daría aire al Consell del tándem que forman Ximo Puig y Mónica Oltra para afrontar con garantías la segunda mitad de la legislatura.

Aunque en ningún momento se plantearía en esos términos, el alcance de la operación supondría que el Gobierno asumiría una cantidad equiparable a la deuda histórica que contabilizaron en su día los expertos económicos de las Cortes. Los socialistas han tenido que dar visibilidad tanto a Compromís como a Izquierda Unida en los contactos con el objetivo de intentar acercar a la mesa de negociación a Podemos y poder completar así la investidura. Lo cierto es que la decisión de Compromís de integrar a sus cuatro escaños en el Grupo Mixto al margen de los de Pablo Iglesias les ha otorgado un papel estratégico con un plus de visibilidad en su intento de ejercer como una minoría parlamentaria e intentar trazar una «agenda valenciana» en Madrid. La cuestión de la financiación, la mejora de las inversiones y la viabilidad de la Generalitat, donde los socialistas y Compromís comparten gobierno, son ejes claves de esa negociación parlamentaria.

Los socialistas tienen claro que la reforma del modelo de financiación es urgente. Está caducado desde hace más de dos años y, por tanto, debe ponerse en marcha un nuevo sistema de reparto de fondos vigente en la elaboración de los presupuestos autonómicos de 2017. Esa es una prioridad también para Compromís. La Comunidad Valenciana sufre un expolio con la financiación de más de mil millones anuales. Es la única autonomía con una renta por debajo de la media que, sin embargo, aporta fondos a otras comunidades con un nivel de vida más alto. Para Compromís es un elemento central de las conversaciones.

Ese aumento de la financiación cubriría el presupuesto de los servicios básicos pero la segunda de las alternativas que Pedro Sánchez está dispuesto a deslizar en la negociación le otorgaría a la Comunidad un margen de maniobra para disponer de un mayor volumen de liquidez y afrontar políticas de estímulo de la economía. Los socialistas son conscientes de que la deuda asumida por las autonomías con el rescate es impagable. Todos esos préstamos tienen como avalista al Estado. Y Pedro Sánchez se comprometería a que, en el momento que venzan las operaciones, el nuevo gobierno las asuma con una refinanciación. Ese movimiento en el caso de la Comunidad es crucial en tanto que la Generalitat es uno de los gobiernos regionales de toda España que ha tenido que asumir un mayor volumen de deuda a través del rescate para poder hacer frente a los pagos del «día a día». Con esa propuesta, estiman los socialistas, la deuda valenciana se reduciría en unos 15.000 millones y se decantaría la balanza para sumar a Compromís al pacto.

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