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«Nuestro proyecto une y suma; el de la izquierda, divide y enfrenta»

La lideresa apuesta por la renovación de caras y discursos para que el PP recobre músculo y sostiene que el fin del bipartidismo es algo «pasajero».

«¿Algo bueno del nuevo Consell? Que vende bien sus escasas iniciativas», dice Bonig. rafa arjones

Hay vida más allá de la corrupción. Además de apagar tanto incendio en estos seis meses de mandato y de intentar reconstruir el crédito del PP en la Comunidad, ¿cuáles son sus prioridades en el partido?

Visto cómo se desarrollan los acontecimientos, el PP de la Comunidad Valenciana tiene que abanderar todo un discurso de regeneración y calidad democrática, pero de verdad. Estamos en un momento histórico para que nuestro partido lidere una formación nueva y reformada, no sólo de caras, sino de discurso. Un partido que defienda sin complejos lo que representa el centro derecha, nuestro modelo de convivencia, de suma y unión, nunca de separación; nuestro modelo de vertebración de la Comunidad Valenciana, no de separación de las tres provincias; nuestro modelo de respeto a la libertad en todos los ámbitos: educativo, político, cultural, económico... Un proyecto de suma, que es fundamental frente a esa izquierda que propone proyectos de división y enfrentamiento. Que de una vez por todas podamos superar ese espíritu guerracivilista y de las dos Españas enfrentadas; y que este país camine por la senda de la calidad democrática. Y en el partido, también: abrirlo, renovarlo, hacer que los militantes participen a través de nuevas fórmulas, pero en serio. Conseguir que nuestro partido y nuestro país se parezcan más a democracias consolidadas como las anglosajonas y no a determinados países bananeros en los que no se respetan la libertad ni la igualdad.

Tras el batacazo en las últimas municipales y autonómicas con la pérdida de un enorme poder institucional, la estructura orgánica del PP ha quedado muy debilitada. Se nota en el regional y en la provincia de Alicante... ¿Qué piensan hacer para recuperar músculo y energía política?

Trabajar codo con codo con la dirección provincial, con cuyo presidente, Pepe Císcar, y su equipo hay una magnífica relación y con todas las presidencias locales. Éste no es un proyecto de una sola persona, ni se construye en un año o dos. Queda mucho tiempo, pero tenemos un reto importante por delante y hay mucha gente en el PP dispuesta. Vamos a empezar y a intentarlo, aunque será difícil conseguirlo en los 542 municipios. Ahora vienen los congresos, habrá renovación necesaria y es importante que los líderes marquen el rumbo y fijen las prioridades. Si los de arriba fijan con claridad esos retos, al final todo el mundo se engancha. Tengo mucha esperanza en este proyecto.

A propósito de liderazgos y municipios, ¿cómo va a quedar la dirección del PP en la ciudad de Alicante? ¿Será Luis Barcala el sustituto del inhabilitado Juan Seva?

Eso hay que hablarlo todavía con el presidente provincial y Pepe Císcar comparte mi opinión de que hay que escuchar a la militancia y al final se hará lo que ésta diga. Este partido tiene un reto histórico. Apelo a la segunda transición. Tenemos las instituciones y los partidos, mejoremos ahora en calidad democrática. Será lo que quieran los militantes del PP de la ciudad de Alicante y puede ser un ejemplo importante por el enorme potencial de esta ciudad, que se puede irradiar a otros sitios.

¿Cómo lleva este nuevo tiempo político que ha enterrado el bipartidismo?

Siempre he sido una gran defensora del bipartidismo. Las democracias consolidadas que dan seguridad se fundamentan en el bipartidismo. Por errores cometidos que hay que asumir este modelo ha hecho que surjan otros grupos, pero esto es pasajero. Las cosas volverán a su sitio y esto ha servido para que los partidos tradicionales hagamos una reflexión interna que es necesaria sobre la forma de comunicar y hacer política. Todo no ha sido malo porque ha sido un revulsivo. Tenemos muchos ejemplos de partidos que han nacido y luego lo difícil es crecer y mantenerse, y ahí está el ejemplo de UPyD o Ciudadanos, que no ha cumplido las expectativas pese a su buen resultado. Y vamos a ver qué pasa con Podemos y su radicalidad. Estoy convencida de que cuando los ciudadanos empiecen a conocer sus medidas y su gestión, como sucede ya en Alicante, se replantearán su voto.

Dígame algo bueno del nuevo Consell de la Generalitat y su medio año de mandato.

Saben vender muy bien sus escasas iniciativas y las nuestras, las del PP. Gestionar, no tanto; pero vender, mucho.

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