On va la corda va el poal sería la traducción en jerga casolana de la teoría política que sitúa la fidelidad al jefe como primer mandamiento. La frase define a la perfección el tándem Alfonso Rus-Emilio Llopis. Sólo un río separa las poblaciones Xàtiva y Genovés de las que ambos políticos fueron alcaldes durante el mismo periodo: de 1995 a 2015. La trayectoria de Llopis ascendió en paralelo a la de Rus. Presidió el PP de la Costera; en 2004 fue nombrado director general de Turismo de Interior; y ya en 2007 desembarcó en la Diputación de Valencia como jefe de gabinete del presidente Rus. En el PP siguió escalando hasta llegar a vicesecretario general del partido en la Comunitat Valenciana, nombrado por Fabra en 2014.
Era el hombre de Rus. Su sombra, prácticamente. Como aquel 4 de septiembre de 2009 en que la etapa de la Vuelta a España terminaba en Xàtiva, con Mariano Rajoy como invitado de lujo. Allí, en la meta de l'Albereda, Rus tuvo que atender a la prensa. Pero antes, en un aparte, le pidió a su escudero: «Milio, aguanta'm el puro». Aquel día, Llopis sujetó el cigarro. Una imagen que ilustra como pocas la relación que tenían.
Tras no lograr mayoría absoluta el 24-M en Genovés, Llopis pasó a la oposición, donde ejerce como portavoz del Grupo Popular y sigue yendo a los plenos. Nunca antes ni en la II República había gobernado la izquierda en Genovés. Llopis cedió la vara de mando en persona no como Rus a su sucesor socialista en la alcaldía. En la actualidad sigue como asesor, con sueldo público, en el PP de la Diputación de Valencia.
Hace diez días, un sábado a mediodía, se le podía ver leyendo Levante-EMV en el vestíbulo de la casa que habita a la entrada de Genovés, con la puerta abierta. Ayer la noticia era él al ser detenido por la Guardia Civil.