El exportavoz del PP y exdelegado del Gobierno Serafín Castellano acudió ayer a la comisión parlamentaria de investigación del accidente de Metro de Valencia «con la mejor de las predisposiciones para ser lo más útil posible». Castellano aseguró que «el grupo popular no se apartó de la búsqueda de la verdad» y añadió: «Yo ni denegué, ni veté absolutamente nada». Castellano criticó que se haya dicho que la comisión de 2006 «era una mentira, un paripé y una farsa», e indició que «cuando se aplica una mayoría parlamentaria para votar un plan de trabajo no se está vetando a nadie, se están tomando unas decisiones mayoritariamente».

Mientras que los exportavoces en la comisión parlamentaria encargada de investigar en 2006 el accidente coincidieron en que fue «vergonzosa» y en lugar de investigar buscó la «exculpación del Consell», a excepción del PP, que afirmó que buscó la verdad y actuó con seriedad y sin vetos.

Nueve años y medio después del accidente de julio de 2006 en el que murieron 43 personas y 47 resultaron heridas, comenzaron ayer las comparecencias ante la nueva comisión de investigación, que durará seis meses y tendrá 70 comparecientes, frente al mes que duró la anterior, en la que comparecieron 32 personas en apenas cuatro días. La presidenta de la Asociación de las Víctimas del Metro de Valencia, Rosa Garrote, asistió como público junto a otros miembros de la asociación, los portavoces del PSPV, EU-Entesa y el grupo mixto en la comisión de 2006, cuestionaron «la celeridad» de aquel órgano, cuyo fin era, han dicho, «tapar las vergüenzas del Partido Popular».

Los portavoces de los tres grupos que en 2006 estaban en la oposición destacaron la imposibilidad de ejercer su trabajo en una comisión «a la que sobraron quince días», pues en cuatro jornadas se hicieron todas las comparecencias, con apenas tiempo para dormir o preparar las conclusiones. Y advirtieron además que no dispusieron de la documentación necesaria como el libro de averías, que acabó desapareciendo, o un informe del Ministerio de Fomento que reflejaba la alta siniestralidad de esa línea, con 85 siniestros entre 2000 y 2002.