El PP ha multiplicado por 26 la deuda de las empresas públicas de la Generalitat en sus 20 años de gobierno. Cuando Eduardo Zaplana accedió al Palau en 1995 tras doce años y medio de gobiernos socialistas presididos por Joan Lerma se encontró con 18 empresas públicas que arrastraban unas obligaciones de crédito por valor de 191 millones de euros, según datos del Banco de España. Cuando Ximo Puig fue investido jefe del Consell el pasado 25 de junio, el endeudamiento de las empresas públicas de la Generalitat había ascendido a 4.944 millones de euros. Es el doble que el Producto Interior Bruto (PIB) anual -toda la riqueza que crea- un país como Andorra, o cinco veces mayor que el PIB anual de Somalia para sus más de 10 millones de habitantes.
Así lo refleja un balance interno encargado por el nuevo Consell bipartito, a fecha 30 de junio de 2015, para conocer cuál es la herencia del PP que el nuevo Ejecutivo autonómico debe asumir en las empresas del sector público, un vivero de deudas que ha venido sangrando las finanzas de la Generalitat con miles de millones en pérdidas y créditos aún no erradicados pese al rescate y la posterior jibarización con fusiones y supresiones impuesta desde Madrid. Sólo en la última legislatura, con Alberto Fabra como presidente, el endeudamiento de las empresas públicas del Consell casi se triplicó al pasar de 1.725 millones a rozar los 5.000 millones en rojo que dejó el pasado mes de junio.
Las cifras
Esos 4.944 millones de deudas a corto y largo plazo contraídas por el sector empresarial público -tanto con entidades financieras como con proveedores y otro tipo de acreedores- deben sumarse a los 40.262 millones de deuda que la Generalitat arrastra según los últimos datos oficiales (que ahora rondarán los 42.000 millones). Esta hipoteca que asfixia a las arcas públicas y estrangula la política valenciana equivale al 40 % del PIB valenciano (el mayor porcentaje de todas las comunidades autónomas) y es tan grande como el PIB conjunto de los 39 países menos ricos del mundo: desde la isla polinesia de Tuvalu hasta la Suazilandia del África austral, pasando por Estados como Eritrea, Maldivas, Cabo Verde, Bután, República Centroafricana o las islas Seychelles.
