El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, admitió ayer que ve «muy difícil un cambio de izquierdas en España» porque «no dan los números» para conformar la mayoría parlamentaria necesaria. Con estas palabras se expresó ayer el jefe del Consell antes del inicio del comité federal del PSOE, que se convocó para estudiar la posibilidad de pactos políticos tras el escenario que han dejado las elecciones del pasado 20 de diciembre. Puig asistió al discurso de Pedro Sánchez pero se ausentó luego de la reunión para regresar a Valencia a atender su agenda, según fuentes socialistas.

El mandatario valenciano, secretario general del PSPV y miembro de la ejecutiva federal junto a la consellera de Sanidad, Carmen Montón, destacó que el 20D no ganó nadie y que «el que más perdió fue el PP». Ahora, declaró, «es tiempo de ser humildes y reflexionar para buscar la mejor solución para los ciudadanos». Para ello, confía en que su partido «estará a la altura» en una hora «extraordinariamente difícil», matizó.

Ximo Puig ve «muy difícil un cambio de izquierdas en España», y según fuentes cercanas a Presidencia, considera que es más que probable que se deban volver a convocar elecciones. Como afirmó ayer públicamente en Madrid, «no dan los números» y en el supuesto que se llegue a un acuerdo con Podemos, aún faltarían al menos cuatro votos para vencer el bloqueo del PP y Ciudadanos y poder investir presidente a Pedro Sánchez.

Uno de los principales escollos que separa a los dos partidos es que la formación de Pablo Iglesias propone un referéndum sobre la independencia de Cataluña. Los dirigentes socialistas han reafirmado, por contra, que la postura de su partido -el no a la secesión- «se impondrá» en las negociaciones «con cualquier partido político», porque es «innegociable» y una «condición indispensable».

En el caso de superar estas diferencias, los escaños de PSOE y Podemos no lograrían mayoría, por lo que deberían negociar con Izquierda Unida-UP y los partidos nacionalistas que han obtenido representación: ERC, Democràcia i Llibertat, PNV o Bildu. Una opción que se antoja quimérica para el entorno de Presidencia.

Una situación que lleva a Puig a pensar que este nuevo escenario político abocará a unas nuevas elecciones. El dirigente valenciano se incorporó el domingo a las 21 horas a la cita que Pedro Sánchez convocó con los líderes territoriales. De entrada, había anunciado que no acudiría. A la salida, junto al presidente asturiano Javier Fernández, la andaluza Susana Díaz, y el castellano-manchego Emiliano García-Page, Puig aseguró que la posición del partido es unánime: primero, dejarán que Mariano Rajoy intente formar gobierno y lo rechazarán con su voto y, después, tratarán de llegar a un acuerdo con otros partidos, con una serie de condiciones. La primera, que no se cuestione la unidad de España.

De hecho, apuntaron que si los intentos de Rajoy fracasan, tratarán de formar gobierno con Podemos si abandona el reconocimiento del derecho de autodeterminación. El presidente además calificó la reunión previa al Comité Federal de «muy positiva» y dijo que no fue «dura». «Era un día de tomar la iniciativa, de claridad en el mensaje y también de cohesión y de unidad», declaró Puig. Además, en este encuentro en el que los líderes territoriales no dejaron patentes diferencias, también hizo hincapié en que el PSOE «nunca» facilitará que el PP continúe en el gobierno.

Primarias para otro candidato

Sobre cuándo debe convocarse el Congreso federal, el líder del PSPV comentó que «lo normal es que sea en el tiempo que toca». En su opinión debería celebrarse en febrero, como estaba previsto, y no retrasarse como ha apuntado la Ejecutiva Federal del partido.

A la pregunta de si con nuevas elecciones el candidato socialista debe surgir de unas primarias, Puig afirmó que «lo normal» es que «las bases tengan la oportunidad de decidir».