12.25 del mediodía. Varios centenares de militantes y simpatizantes -1.500 según la organización- de Ciudadanos (C's) se congregan en la Plaza del Colegio del Patriarca de Valencia. De forma unánime deciden ponerse en pie. Es un movimiento coral, un gesto que a nadie escapa. Acaba de finalizar un vídeo retrospectivo sobre la historia de España que se ha proyectado en una gran pantalla y llega el parlamento de Albert Rivera, candidato a la Presidencia del Gobierno. Antes han subido al escenario la portavoz en las Cortes, Carolina Punset, el candidato al Congreso por Valencia, Vicente Ten, y su número 2, Toni Cantó. Todos han cosechado aplausos, pero el discurso de Rivera es el más esperado. Los gritos de «presidente, presidente» se suceden y el postulante lanza un rotundo mensaje: «En las próximas elecciones nos jugamos una segunda transición en España, tras años de corrupción y falta de transparencia y respeto. Y aquí, en la Comunidad, aún nos jugamos más... porque por primera vez en 20 años el PP no será la lista más votada. Sino que será Ciudadanos».

Rivera protagonizó un discurso en el que entremezcló las referencias a la unión de España -pidió al resto de partidos que no pactaran con «secesionistas... no se puede gobernar con los que quieren romper un país»- con las necesidades de la Comunidad. El candidato defendió que «el levante español es el motor de España y necesita infraestructuras como el Corredor Mediterráneo y no aeropuertos fantasmas para los nietos de Carlos Fabra. Esta tierra debe recuperar su prestigio. Se han acabado los tiempos de trincar el 4, el 5 o el 7%. El dinero hay que ganarlo, a nosotros no nos toca la lotería un año sí y otro también como a otros, como a algunas personas del PP».

Dardos a Sánchez y a Rajoy

Rivera también lanzó dardos a Pedro Sánchez -del que dijo que «en el mejor de los casos tiene 17 proyectos diferentes» para el 20-D y no uno para España-, a Podemos -«anuncian propuestas económicas sin explicar de donde sacarán el dinero»- y a Rajoy -«¿Se puede ser presidente de un país europeo sin atreverse a debatir?».

El líder de Ciudadanos expuso que el pacto de estado antiterrorista se abrió al resto de formaciones gracias a C's y apuntó que «somos un partido estadista y europeísta. Formar parte de la UE no es participar en un mercado ni tener una moneda, es sentir como propio el dolor sufrido en Francia, por ejemplo». Rivera también explicó que cuenta con un equipo de 50 economistas para confeccionar un programa económico «real» y que una de sus primeras medidas en caso de gobernar será la reforma del sistema de cuotas de los trabajadores autónomos en España: «La gente que crea empleo no puede ser tratada como un enemigo por parte del Estado, sino como un amigo».

El líder de C's no tuvo reparos a la hora de mostrar su ambición: «queremos ganar las elecciones para ganar España. Necesitamos hacerlo por muchos votos. Hasta que llegue el día de las votaciones estoy seguro de que publicarán muchas encuestas, pero también estoy seguro de que estamos a punto de ganar estas elecciones».

Al final del acto, Rivera volvió a sus orígenes: «Quiero que Cataluña sea España». Esa fue su última frase antes de fundirse con el público.