Gastos en supermercados, cafés en establecimientos próximos a las consellerias, restaurantes con «pedigrí», multitud de desplazamientos en taxi, viajes constantes, dietas, indemnizaciones... Los altos cargos de la era Fabra y algunos de sus subordinados endosaron a las arcas de la Generalitat multitud de facturas por infinidad de conceptos. La Conselleria de Transparencia, comandada por Manuel Alcaraz, dio ayer un paso más en su afán por hacer cristalina la administración y publicó todos los gastos que se cargaron a la caja fija del Consell entre 2011 y 2015. Es decir, durante la legislatura de Alberto Fabra en el Palau.

Esos pagos eran, hasta ayer, uno de los secretos mejor guardados del Ejecutivo valenciano. Pese a la insistencia de la oposición, el PP se negó a facilitar las facturas alegando que, en caso de hacerlo, la administración se colapsaría. Pues bien, seis meses después de la cita autonómica con las urnas, el nuevo Consell las ha aireado. Lo hizo a primera hora de la tarde a través de la web «Gva Oberta», el site que habilitó el PP, curiosamente, para cumplir con la Ley de Transparencia.

Entre los gastos que se afrontaron con esa «caja black», como la definió la hoy vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, figuran todo tipo de comercios, agencias de viaje, hoteles, restaurantes y establecimientos con acceso prohibido para rentas bajas, entre otros.

Uno de los preferidos por el área que dirigía la mano derecha de Fabra en el Palau, Esther Pastor, fue Mercadona. La cadena de supermercados aparece como beneficiaria de un elevado número de pagos. Algunos, de hasta 442 euros. La empresa alimentaria de Juan Roig no fue la única por la que pasaron los altos cargos de la Generalitat. Entre la multitud de documentos que subió ayer Transparencia a la web aparecen supermercados como Consum, con facturas que se elevan incluso hasta los 1.587 euros. Otras, por el contrario, revelan un cargo de sólo cinco céntimos, presumiblemente de una bolsa de plástico.

Todo era susceptible de ser cargado en la caja fija. Y no sólo en Valencia. En Alicante, sin ir más lejos, los altos cargos no tuvieron empacho de acudir a restaurantes de reconocido prestigio pese a que la situación financiera de la Generalitat no era precisamente boyante. Una factura de 660 euros en Juan XXIII, otra de 550 euros en el mismo restaurante, una de 260 euros en el Nou Manolín, una de 110 euros en El Maestral...

Los datos que ha aireado ahora la Generalitat, sin embargo, no están completos. Únicamente se han dado a conocer los conceptos de las facturas, así como la persona que hizo el cargo. Eso, en el mejor de los casos, ya que en multitud de casos aparece simplemente que el gasto lo hizo un «empleado público», sin especificar nada más. Fuentes de la Conselleria, no obstante, destacaron ayer «la importancia» de este primer paso y se comprometieron a ampliar la información en los próximos meses. Será entonces cuando se desglosen las facturas.