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Una Comunidad con dos capitales

El presidente de la Generalitat utiliza por vez primera en Alicante el concepto «bicapitalidad»

El presidente de la Generalitat con el alcalde de Alicante, en una imagen de archivo. jose navarro

La vertebración territorial de la Comunidad se ha convertido ya en un elemento clave de la agenda del nuevo Consell de izquierdas que preside Ximo Puig y con mayor motivo, si cabe, en la provincia. Durante su visita a la ciudad de Alicante, el titular de la Generalitat apostó por la necesidad, un elemento que ya sacó a relucir durante la campaña electoral, de «coser» la Comunidad, discurso que, como admitió, tiene si cabe más importancia en las comarcas alicantinas. «Hay que empezar por aquí. La acción del gobierno se tiene que desplegar en toda la Comunidad», aseveró para a continuación ir más allá que ningún presidente de la Generalitat hasta ahora y poner encima de la mesa el concepto de un territorio con dos capitales. «Debemos tener una bicapitalidad», expresión que ya utilizó hace unos días en Valencia durante la presentación de la conferencia del alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, pero que en ese momento pasó inadvertida.

En opinión de Puig, la provincia tiene una «potencialidad que favorece» al resto de los valencianos y citó como proyectos estratégicos la Ciudad de la Luz, la Casa del Mediterráneo o sus dos universidades. Todo eso, vino a decir el jefe del Consell, la provincia debe «compartirlo» como un elemento para impulsar al conjunto de la Comunidad. «Tenemos que acabar con las políticas de confrontación que hasta ahora han sido un fiasco», señaló el jefe del Consell. Dentro de esa aspiración de Ximo Puig, sin embargo, lo que no amaina es el clima de confrontación entre la Generalitat y la Diputación de Alicante. El Ejecutivo autonómido, de hecho, ya prepara una batería de decretos para atar en corto a la Diputación y controlar sus políticas en materia de grandes eventos deportivos, gestión cultural y promoción turística. La posición del gobierno que comparten los socialistas y Compromís es clara: hay que redefinir el papel de las diputaciones para eliminar su perfil políticoeliminar su perfil político, que Puig considera «anticonstitucional». Pero mientras se pone en marcha la reforma de la Constitución, el jefe del Consell «marcará» a las diputaciones, especialmente a las de Castellón y Alicante toda vez que la de Valencia ya la controlan el PSPV y Compromís, para que no se conviertan en arietes del PP frente a la nueva mayoría de izquierdas.

El contenido de los decretos, en fase de estudio y redacción, busca establecer prioridades en las políticas de gasto y «coordinar» las políticas de las dos instituciones. «No tiene sentido que la Diputación de Alicante haga la guerra por su cuenta con eventos deportivos o con el Turismo. Tenemos que hacer lo que nos interese a todos para aprovechar al máximo los recursos de los que disponemos», apuntaron fuentes de la Generalitat. La filosofía del Consell pasa por ordenar las competencias -Ximo Puig advirtió que la Diputación de Alicante está asumiendo proyectos que no le tocan- para rentabilizar partidas económicas limitadas. «Esto no sólo lo tenemos que hacer ahora, en tiempos de crisis. Se tenía que haber hecho siempre», remató. Ximo Puig durante una comparecencia en Alicante en la que habló de «coordinación» y de «sinergias». Pero, en la práctica, la operación tiene como objetivo atar a las diputaciones a la espera del despliegue de la Ley de Coordinación, aprobada en 1983 pero que está desde entonces sin desarrollar. Los decretos incluirán un reparto de papeles en el que la Generalitat llevará, desde luego, la voz cantante.

En una referencia directa, de hecho, el titular del Consell reprochó a la Diputación de Alicante, presidida por César Sánchez y la institución más importante que queda en manos del PP en toda la Comunidad, que asuma iniciativas que, en realidad, no le corresponden. «No tienen competencias en planificación económica ni en puertos», subrayó para poner en cuestión la ofensiva del presidente de la Diputación, César Sánchez, para promover una gran zona franca portuaria. Lo dijo antes de emplazar a la corporación provincial alicantina «a dedicarse a apoyar a los municipios. Esa es su labor». «El papel político de las diputaciones es anticonstitucional. Los gobiernos provinciales no existen», lanzó Ximo Puig en una dura carga de profundidad contra César Sánchez.

A pesar de las críticas que está recibiendo desde el Palacio Provincial después de que todavía no se haya reunido con César Sánchez -«habrá tiempo», dijo Puig-, el presidente de la Generalitat, por contra, le echó en cara al equipo de gobierno de la Diputación su desinterés a la hora de establecer una relación fluida con el equipo de gobierno provincial. El jefe del Consell desveló que, a pesar de que la cita estaba programada desde hace tiempo, la Diputación «invitó» vía correo electrónico al gobierno autonómico a la jornada económica sobre el Puerto celebrada ayer con apenas 48 horas. «Es evidente que no había interés en que la Generalitat participara en el evento», dijo Puig. El nivel de desencuentro entre el Consell y la Diputación es de tal calibre que el mandatario autonómico pasó gran parte de la jornada en Alicante con agenda propia sin participar en la convocatoria de la corporación provincial. A ese acto de la Diputación sí acudió el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, que a su vez es el número uno del PP por Alicante en los comicios generales del próximo mes de diciembre. Desde la Generalitat enmarcaron la convocatoria de César Sánchez dentro de la campaña electoral. «Mi adversario no es la Diputación de Alicante. Ni de lejos. No entraré en esa confrontación», zanjó el titular del Consell.

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