La diputada de Compromís en las Cortes y coportavoz de Iniciativa, Mireia Mollà, evitó ayer pronunciarse sobre la situación interna que atraviesa el Bloc, y, por extensión, Compromís, tras el goteo de dimisiones de algunos de sus dirigentes tras la confluencia electoral con Podemos. Mollà defendió que es «un debate interno» que afecta a un partido que no es el suyo, pero se mostró convencida de que lo sabrán «resolver seguro a partir del 20 de diciembre» tras los «éxitos electorales» que cosechará la plataforma.

Así pronunció Mollà al ser preguntada sobre la crisis en el seno del Bloc, con la última dimisión del eurodiputado Jordi Sebastià de la ejecutiva de Compromís. Mollà apuntó que este debate interno «se sitúa con la legitimidad que tiene que tener en un contexto congresual que ellos sabrán resolver seguro a partir del 20 de diciembre, cuando tengamos esos éxitos electorales». Preguntada sobre si cree que la coalición debe celebrar un congreso, apuntó que Compromís «tiene que ir enfocando sus mecanismos internos y organizativos» paso a paso e incidió en que se trata de una formación que «crece» y se va desarrollando en cuanto a sus herramientas de participación interna y en el modo de organizarse, con la autonomía que tiene cada partido dentro de la coalición. No obstante, indicó que hay que tener en cuenta que «no es una simple coalición electoral, sino algo más siempre en proceso de construcción». Sus declaraciones llegaban después de que el eurodiputado de Compromís y miembro del Bloc Jordi Sebastià renunciara a formar parte de la ejecutiva de la coalición para expresar su «desacuerdo» con la alianza con Podemos para las próximas elecciones generales. El también exalcalde de Burjassot alegó que se trata de una «dimisión simbólica», puesto que es integrante de la ejecutiva por su condición de parlamentario en Bruselas.