El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, puso también sobre la mesa del ministro Cristóbal Montoro los 13.500 millones en los que los expertos de las Cortes cifran la deuda histórica acumulada del Estado con la Comunidad como coste de la «infrafinanciación». La pretensión del Consell es compensar esta cifra con una parte de los 40.000 millones que arrastra la Generalitat, contraída a su vez en un 60% con el Ejecutivo central. «Estamos enchufados al FLA, esa es la realidad», aseveró Puig.