Antonio Beteta, número dos de Cristóbal Montoro en Hacienda, es una de las opciones con más peso que el PP baraja para encabezar la candidatura al Congreso por Alicante. Los plazos se terminan y los populares quieran cerrar, al menos, la identidad de los cabezas de lista antes de la semana que viene. El secretario de Estado en el Ministerio de Hacienda y antiguo consejero de Esperanza Aguirre en Madrid sería la apuesta para intentar afrontar una campaña electoral en la que tanto los socialistas como la coalición impulsada por Compromís junto a Podemos van a agitar el mensaje de la marginación que sufre la Comunidad en el reparto de los fondos autonómicos. No en vano, Julián López Milla, número uno socialista por Alicante y uno de los principales cargos ejecutivos de la conselleria de Hacienda, es el principal experto de la Generalitat en esa materia. Así que, con Beteta en acción, los populares intentarían plantar cara al mensaje del agravio que lanza la izquierda y reforzar en parte su discurso económico.
Fuentes del PP apuntaron que la presencia de Beteta durante las últimas semanas en Alicante -hasta en tres ocasiones- abonaría todavía más los movimientos para colocarlo como número uno por Alicante. El segundo de a bordo en el Ministerio de Hacienda, en principio y salvo cambio de agenda, retornaría a la provincia el próximo fin de semana en lo que se convertiría en una especie de puesta de largo. La familia de Beteta ya pasa largas temporadas en Alicante donde, de acuerdo con estas mismas fuentes, ya cuenta incluso con una vivienda, lo que permitiría a los populares sortear en cierta medida las críticas por incluir a un «cunero» como cabeza de lista. Como se recordará, desde hace 22 años, los populares alicantinos siempre contaron, convocatoria tras convocatoria de elecciones generales, con Federico Trillo como cabeza de lista al Congreso. Así que mantendrían la «tradición» de contar con alguien cuya militancia procede de otra organización territorial del PP. La renuncia de José Císcar a dar la batalla por la lista a Madrid alimentó ayer aún más los movimientos en las filas populares sobre la candidatura de Antonio Beteta.
La presencia del número dos de Cristóbal Montoro en la nómina del PP tiene puntos débiles. Desde luego, no ofrece ni la imagen de renovación que comprometió Císcar en su última comparecencia ni tampoco es sólida a la hora de combatir el discurso de la izquierda con la exigencia de una nueva financiación. Pero facilita la opción de hacer frente con números y con datos ese ataque además de jugar la carta de la recuperación económica en una provincia con doce escaños. ¿El resto? Habrá purga casi absoluta de todos los que están ahora, incluido, según fuentes del PP, el exconseller Gerardo Camps. Los que sigan lo harán en puestos de no salida. Y además en el PP ya se han resignado a perder la mitad de sus actuales diputados.
