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La falta de financiación dispara el déficit del Consell en 2.000 millones sobre lo permitido

La Comunidad cerrará el año a la cabeza de la clasificación con un desfase entre ingresos y gastos del 2,6% frente al 0,7% que había marcado Montoro, según un informe de Fedea

Mariano Rajoy y Ximo Puig, tras la reunión del pasado lunes celebrada en La Moncloa EFE

Un nuevo informe, en este caso de uno de los organismos que analiza con más detalle las cuentas autonómicas, certificó ayer la asfixia financiera de la Generalitat. La falta de ingresos derivada de la marginación que sufre la Comunidad en el reparto de la financiación se traducirá, cuando se cierre 2015, en un déficit del 2,6%, casi cuatro veces y dos mil millones más del tope permitido por el Ministerio de Hacienda de Cristóbal Montoro. Según el estudio de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), la Comunidad tendría el «honor» junto a Murcia de liderar el desfase presupuestario en 2015 por encima, incluso, en tres décimas de la previsión del nuego ejecutivo de izquierdas compartido por los socialistas y Compromís y encabezado por Ximo Puig.

Fedea apunta en ese documento que el problema fundamental para cuadrar las cuentas públicas continúa siendo de ingresos. Las previsiones de la prestigiosa entidad, tabuladas a partir de la ejecución presupuestaria de los primeros siete meses de 2015, ponen de relieve que las comunidades de régimen foral -Navarra y Euskadi- continúan gozando de una excelente salud financiera gracias a un modelo propio mientras que la Comunidad -cuarta en población y también en aportación al PIB de España- sigue a la cola con un expolio superior a los mil millones anuales. De recibir un volumen de financiación similar a la media, conforme a los datos este informe, la Comunidad registraría un déficit de alrededor del 1%, con lo que se quedaría muy cerca de cumplir con el tope marcado por Montoro -el 0,7% del PIB- para 2015, según explicó Julián López Milla, secretario autonómico de la conselleria de Hacienda y número uno de los socialistas valencianos al Congreso por la provincia de Alicante.

La reunión entre el titular del Consell, Ximo Puig, y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, más allá de desbloquear el dinero de los préstamos del rescate, evidenció que, al menos de momento, Madrid no está dispuesta a solucionar el problema de la Comunidad a sabiendas, quizá, de que abrir el melón de la financiación autonómica avivaría todavía más el conflicto territorial. Así que Rajoy se desvinculó de las peticiones de Puig para evitar comprometerse con una hora de ruta que ponga coto a la marginación que sufre la Comunidad Valenciana en el reparto de los fondos del Estado. Poco botín para una administración exhausta y necesitada de una inyección económica que, en cierta medida, pueda paliar cerca de lustro y medio de perjuicio en la distribución no sólo de la financiación sino también de las inversiones.

El informe de Fedea asegura que los principales responsables directos del mal dato fiscal son las negativas cifras de ingresos junto con la falta de recortes de gasto, un tijeretazo que en el caso de la Comunidad ya no se puede hacer más grande. En la parte de los ingresos, este estudio económico recuerda que ya ha avisado en otras ocasiones de que las comunidades continúan sobrevalorando las partidas de ingresos que gestionan directamente, las que no están sujetas a entregas a cuenta ni a liquidaciones del sistema de financiación. Precisamente, la Generalitat ha decidido, de cara al presupuesto de 2016, «hinchar» las cuentas con una supuesta aportación del Estado de 1.300 millones, que se cubriría con el modelo de financiación. Un sistema de reparto que debe reformarse en profundidad, como coinciden los cinco grupos con representación en las Cortes.

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