La intervención del conseller de Transparencia, Manuel Alcaraz, tuvo momentos para la sonrisa y el estupor de los presentes cuando recordó al exalcalde de Alicante Luis Díaz Alperi y al conseller de Solidaridad Rafael Blasco, condenado por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana por malversar dinero destinado para proyectos del Tercer Mundo.

De Alperi dijo que cuando era miembro de la PIC y alegaba contra el plan Rabasa, el exalcalde del PP «nos llamaba los abajo firmantes», en un «claro ejemplo de falta de valores».

Sobre el exconseller, explicó que cuando llegó al despacho que antes había sido de Blasco pensó: «Me siento en el mismo sillón donde se sentaba Blasco, y sentí vergüenza por todo lo que ha hecho».

Alcaraz recordó que, cuando llegó a la cartera de Cooperación, se encontró con sorpresas tan desagradables como que 533 expedientes de cooperación no habían sido revisados, faltaban cerca de 96 millones de euros por evaluar y que las convocatorias de ayudas al Tercer Mundo no se habían sacado.

Tras resaltar que el «gran peligro» que tienen los políticos es olvidar que están «para aprender», recurrió a dos citas de dos escritores sudamericanos para acabar su intervención inicial. Del argentino Jorge Luis Borges: «Nada se edifica sobre la piedra, todo sobre la arena, pero nuestro deber es edificar como si fuera piedra la arena...». Del autor uruguayo Mario Benedetti: «El futuro no es una página en blanco, es una fe de erratas».