Cuatro meses ha tenido que esperar el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, para que le reciban en La Moncloa. Presidencia recibió ayer una llamada telefónica de Madrid en la que le confirmaron al jefe del Consell que Mariano Rajoy le recibirá el próximo 2 de noviembre, con las elecciones ya convocadas, el parlamento disuelto y en vísperas de arrancar la campaña electoral. Es decir, sin margen para abordar cuestiones hasta que se constituya el Congreso y se forme un nuevo Gobierno en España a la vuelta de la Navidad. Como se recordará, una de las primeras acciones de Puig fue llamar a Rajoy, que no se le puso, para solicitarle una reunión justo al día siguiente de su toma de posesión a finales del mes de junio.

Desde entonces se han sucedido los cruces de acusaciones entre Madrid y Valencia hasta que, finalmente, el presidente del Gobierno ha confirmado un encuentro que tendrá encima de la mesa como cuestión principal la reforma de la financiación autonómica, un reparto en el que la Comunidad sale perjudicada en más de mil millones anuales. El Consell formado por los socialistas y Compromís ha llegado a amenazar, incluso con llegar a los tribunales para intentar que Madrid inicie el trámite para reformar el modelo, caducado hace dos años y que el Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, no quiere discutir hasta que pasen las elecciones generales.

Y todo eso saltaba precisamente el día en el que el que hasta hace cinco meses era conseller de Hacienda con el PP, y hoy es delegado del Gobierno en la Comunidad, Juan Carlos Moragues, se enzarzaba en una batalla dialéctica con el Consell, precisamente, por la financiación. «Es un gobierno de plañideras que no para de quejarse», sentenció Juan Carlos Moragues, no sólo tratando de tirar por tierra las reivindicaciones del Consell, sino intentando sacar pecho, en plena precampaña, de «todo» lo que había hecho el Ejecutivo de Rajoy por esta Comunidad. El detonante eran las críticas que había vertido el Consell por la devolución de la paga extra de los funcionarios de 2012 sin financiación desde Madrid.

El titular de Hacienda en el último Consell de Fabra vino a decir que «nos encontramos siempre en un escenario de lloro y lamento», hizo un llamamiento al equipo de Puig y Oltra para que gestionen con «responsabilidad», y exigió un reconocimiento a «todo el esfuerzo que está haciendo el Gobierno de España por la Generalitat». Ante ello, la respuesta de la vicepresidenta, Mónica Oltra, no se hizo esperar. No sólo reprendió a Moragues por utilizar un término tan poco afortunado en lo que toca a la igualdad como el de «plañidera», sino que incidió en que «los llorones están en otro lado».