Sanguinetti se remontó a un texto de André Malraux escrito en 1956 en el que ya anticipaba el fenómeno islámico. Sin embargo, dijo que no era pesimista y se mostró convencido de que las mujeres serán el motor del cambio. Dijo eso, y dejó claro que estamos obligados a recuperar los valores simbólicos de la democracia. «Tenemos que mantener vivo el espíritu reformista, del cambio permanente y constante», sentenció.