El auge de Ciudadanos en toda la Comunidad y, especialmente, en la provincia está disparando todas las alarmas en las filas del PP y ha obligado a los populares a dar un giro a su discurso para hacer frente al avance de la formación de Albert Rivera, un crecimiento que amenaza con romper la hegemonía popular en el centro derecho valenciano. La nueva presidenta regional del PP, Isabel Bonig, reunió ayer a su comité de dirección y aprovechó para lanzar un duro alegato contra C's. Lo hizo especialmente con los actuales dirigentes de la formación naranja en la provincia, muchos de ellos antiguos militantes del PP, a los que llegó a vincular de forma velada con investigaciones por corrupción. «Los tiramos por estar implicados en algunas cuestiones», sugirió Bonig. «Se refería a cosas raras», precisaron fuentes del PP sobre el alcance de esa intervención.

Este cambio de mensaje de la número uno popular en la Comunidad se produce justo cuando las encuestas para las próximas elecciones generales apuntan que la formación de Albert Rivera está devorando el espacio del PP, muy debilitado después de la debacle de las municipales y autonómicas. En las filas populares preocupa que el voto se esté deslizando hacia Ciudadanos. La cúpula del PP alerta de que se trata de cargos sin experiencia de gestión, que ponen en peligro la recuperación económica en el supuesto de que llegaran al Gobierno y que, llegado el caso, podrían acabar apoyando a los socialistas como ya ha ocurrido en Andalucía. De hecho, para marcar distancia ideológica de cara a tratar de retener a sus votantes conservadores, Isabel Bonig definió a Ciudadanos como una fuerza de «centro izquierda».

El arsenal de Bonig contra los dirigentes de C's en Alicante -la provincia en la que por ahora hacen más daño al PP- está repleto de artillería de grueso calibre. Fuentes populares precisaron que el argumentario de la presidenta regional de los populares apelará a que Ciudadanos está poblado de gente que militó en el PP pero que nunca apostó con lealtad por ese proyecto; con cargos que estuvieron implicados en «cosas raras», en una alusión, aunque la exconsellera no citó a nadie, a Emigdio Tormo, actual líder de Ciudadanos en Alicante, y antiguo asesor de Joaquín Ripoll en la Diputación, como explicaron estas fuentes; y a que, a su vez, todos esos dirigentes que ahora llevan las riendas de la formación de Albert Rivera estaban en el banquillo del PP -«no tenían nivel», apuntaron- y sólo les mueve cobrar un sueldo público.

Con todos esos argumentos ya sobre la mesa y con la estrategia marcada, Isabel Bonig se despachó sin ambages en su comparecencia. «Aunque Albert Rivera no lo diga claramente, se pondrá de acuerdo con el PSOE», dijo para marcar una «diferencia de pacto» entre el que une a PP y C'S en Madrid y el forjado en Andalucía con los socialistas. «A Cristina Cifuentes le exigen muchísimas cuestiones, sobre todo en corrupción, y en Andalucía es ya se verá y ya se estudiará», se quejó antes de poner a C's en Alicante como un ejemplo de la base que tiene la formación. «Son ex del PP y se les tiró por estar implicados en algunas cuestiones, porque torpedearon el proyecto o porque no podían cumplir sus expectativas y se fueron en busca de un sillón», dijo sobre los dirigentes alicantinos de Ciudadanos además de criticar algunos de los pactos locales de los de Albert Rivera.