El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, apeló al diálogo entre Cataluña y el resto de España y alertó, en clara referencia a Madrid, de que no se puede dejar de escuchar a un 47% de los catalanes que están dispuestos a soltar amarras con España. Puig se ha ofrecido como mediador para abrir cauces de comunicación entre el nuevo gobierno catalán, formado por soberanistas aunque todavía se desconoce si lo presidirá Artur Mas, y el Gobierno. «La Comunidad tiene la oportunidad -reflexionó Puig- de servir de puente entre Cataluña y el resto de España para ofrecer una mirada diferente a la confrontación». Un resultado, dijo el jefe del Consell, que debe mirarse con lupa y atender a ambos bandos. «No se puede mirar hacia otro lado cuando el 47% de las personas que han votado quieren romper con España», remachó el dirigente socialista pidiendo un acuerdo que pueda resolver la fractura social que vive Cataluña.

Para Ximo Puig, en el espacio de «servir de puente» que, destacó, es el «más difícil» y muchas veces el «más incomprendido» es en el que «nos sentimos a gusto los que queremos de verdad que haya una nueva convivencia en España». El presidente de la Generalitat se expresó en estos términos en declaraciones a los periodistas en los pasillos de las Cortes, al ser preguntado por los resultados de los comicios catalanes celebrados el pasado 27s, elecciones en las que Junts pel Sí y la CUP suman una mayoría de diputados independentistas en el parlamento catalán pero en las que, sin embargo, ambas fuerzas cosecharon sólo el 47% de los votos emitidos en una cita con las urnas en las que se registró una participación histórica.

Para el jefe del Consell, en cualquier caso, «están las cosas prácticamente como antes» y se mostró convencido de que «la receta es el diálogo». «Aquellos que no querían el diálogo ahora tienen doble ración», subrayó. Asimismo, destacó que «hay que abrir los ojos a la realidad», que es «compleja y nos hace ver que los que dicen que todo va a continuar igual son los que han perdido», porque, apuntó, «ha perdido el inmovilismo», pero ha añadido que «tampoco han ganado los que dicen que hay que romper». Ximo Puig considera, de todas maneras, que además de las posiciones del «inmovilismo o la ruptura», hay «otra vía mayoritaria en la sociedad catalana y en la española que es el diálogo y que hay que cambiar las cosas para mejorar». A su juicio, «es evidente que la reforma constitucional es necesaria», así como también «la convivencia garantizada a través el pluralismo». Conforme a la visión de Puig, «no se puede mirar hacia otro lado cuando el 47% de las personas que han votado quieren romper con el conjunto de España». «Hay que asumirlo desde la seriedad, el sentido de Estado y, sobre todo, desde la convivencia entre ciudadanos», apostilló.

«No podemos estar permanentemente en una situación en la que poco a poco se vaya agrandando la fractura», señaló el también secretario general del PSPV que, a su vez, añadió que existe «una fractura dentro de la sociedad catalana y otra entre Cataluña y el resto de España». «Ese no es el camino», concluyó el jefe del Consell que, durante todo el proceso, ha defendido la necesidad de activar la vía federal en Cataluña.