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Bonig entierra la «línea roja» de Fabra contra la corrupción

La líder popular anuncia que sólo actuará en el caso de que haya «pruebas contundentes»

La presidenta regional del PP, Isabel Bonig, ayer en las Cortes junto al diputado Jorge Bellver. información

Adiós a las «líneas rojas» del expresidente Alberto Fabra. La nueva dirigente regional del PP, Isabel Bonig, aclaró ayer que los miembros de su partido que sean imputados serán directamente expulsados sólo si hay «pruebas contundentes contra ellos» y, en caso contrario, suspendidos de forma cautelar cuando se abra juicio oral y apartados definitivamente del partido si hay condena, como recogen los Estatutos del PP a nivel nacional. Así se refirió ayer Bonig en los pasillos de las Cortes sobre los casos del exalcalde del PP en Gandia Arturo Torró y del exconcejal de Gandia y ahora diputado autonómico Víctor Soler. Ambos fueron citados -en el caso de Soler la citación fue suspendida por su aforamiento- a declarar el pasado martes por el juez que investiga el caso Púnica, Eloy Velasco, en relación a unas supuestas confesiones que hizo el presunto líder de la trama, David Marjaliza. En época de Fabra, a los imputados se les exigía la dimisión del cargo. Ahora eso se relaja.

«No voy a entrar en líneas rojas, azules o verdes», apuntó ayer Bonig, quien insistió en que quiere que «los ciudadanos tengan claro que la lucha del PP contra la corrupción es absoluta», pese a que la formación popular ya no aplique las líneas rojas que Fabra marcó contra la corrupción. «Aplicamos los estatutos del partido y lo pactado con el PSOE en el Congreso de los Diputados. Cuando se imputa a una persona se le abre expediente informativo, que evoluciona a medida que se conocen los hechos», añadió, quien señaló que «si hay pruebas contundentes de irregularidades o fraude no tengan duda de que actuaremos de forma contundente, de lo contrario habrá que esperar a la instrucción; cuando se dicte la apertura de juicio oral se suspenderá cautelarmente la militancia, y el expediente acabará en expulsión si hay condena, o la readmisión en caso contrario». Por último, Isabel Bonig resaltó ayer que la imputación «es una garantía procesal», subrayó que «todos los casos no son iguales» y recalcó que el PP no va a dar «armas a la oposición para que haga política con la justicia». «Una cosa son las responsabilidades judiciales y otra las políticas», finalizó.

Los tres partidos de izquierdas representados en las Cortes cargaron ayer contra la presidenta regional del PP, ante su postura tras la imputación de dos cargos populares. El portavoz del PSPV en las Cortes, Manuel Mata, calificó ayer de «imprudente» la actitud de Bonig frente a los supuestos casos de corrupción por estar «rebobinando» la posición marcada por el expresidente de la Generalitat y del partido Alberto Fabra. Compromís, en boca de su síndic, Fran Ferri, lamentó ayer «el retroceso» de la nueva dirección del PP de la Comunidad respecto a la línea roja contra la corrupción establecida por el expresidente Alberto Fabra. Mientras que Podemos, a través de su secretaria de Coordinación Estatal, Angela, Ballester, criticó que Isabel Bonig haya dado un «paso atrás» y se haya «desmarcado» de las «líneas rojas» sobre imputados por casos de corrupción que impuso su antecesor.

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