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La cita con las urnas vista desde las Cortes

La «tercera vía» del Consell

El 27-S en Cataluña se vive con «preocupación» en los partidos representados en las Cortes

Imagen de las Cortes Valencianas durante esta legislatura. EFE

A una semana vista de las elecciones en Cataluña, los partidos políticos de la Comunidad Valenciana ven la llegada del 27 de septiembre con un importante grado de «preocupación». La corriente soberanista catalana liderada por el actual presidente Artur Mas -que según refleja la última encuesta del CIS, publicada con el arranque de la campaña electoral, ganaría en escaños pero no en el porcentaje de voto- mantiene en actitud de alerta a la mayoría de las formaciones que conforman las Cortes. En el Consell, la «tercera vía» gana enteros frente al desafío rupturista liderado por la candidatura «Junts pel Sí» o el mantenimiento del «status quo» que defiende el Gobierno de Rajoy.

El presidente del Consell, Ximo Puig, ha sido hasta la fecha el más activo en cuanto a gestos ante la cita electoral del próximo domingo en Cataluña. De hecho, en apenas una semana se citó con dos de los principales protagonistas de unas elecciones con aroma plebiscitario. La primera cita tuvo lugar en Baleares, donde pasaban unos días de vacaciones tanto el propio Puig como el todavía presidente catalán y líder de la corriente soberanista, Artur Mas. Fue éste, al saber que su homólogo valenciano estaba en las islas, el que telefoneó a Puig. La reunión entre ambos estaba prevista desde que el líder del PSPV alcanzó el Palau de la Generalitat tras las autonómicas de mayo y el Pacto del Botánico rubricado un mes después. Pero finalmente el encuentro tuvo lugar en periodo estival, y en él Puig trasladó a Mas que, si finalmente encalla la vía independentista por la que se ha decantado, Cataluña siempre tendrá un aliado en la Comunidad Valenciana. Además, el jefe del Consell también incidió en la importancia que Cataluña tiene para la economía valenciana al ser su primer socio comercial, por delante incluso de cualquier país extranjero. Puig, en la línea mantenida por su partido, se mostró a favor de la «tercera vía» que ahora defiende el líder del PSC, Miquel Iceta, asegurando que Cataluña tiene encaje dentro de España, para lo que apostó por una reforma constitucional que permita a los catalanes sentirse más cómodos, y ofreciéndose para reclamar un mejor reparto de la financiación, uno de los caballos de batalla de ambas autonomías frente a la postura del Ejecutivo.

Esta reunión, que se celebró en la cafetería de un hotel en Mahón, provocó un conato de polémica tras las palabras que dedicó el conseller catalán de Justicia, Germà Gordó, al presidente Puig, por rechazar los «Països Catalans». «Cataluña no se olvida del resto de territorios de habla catalana porque en la construcción de un Estado no debe hacer olvidar a la nación entera», subrayó el titular catalán de Justicia, quien aseveró que se debe tener en cuenta las dos naciones que conforman esa nación: la catalana y la occidental. Puig zanjó el debate poco después al subrayar que las palabras del conseller Gordó eran «inoportunas e irresponsables».

Tras el discreto encuentro con Mas sin fotos de por medio, Puig recibió en el Palau de la Generalitat al candidato del PSC en Cataluña, Miquel Iceta. Ante su compañero socialista, el jefe del Consell volvió a incidir en su hoja de ruta, una España federal en la que Cataluña esté integrada y donde no existan las fronteras que, a su juicio, «imponen el PP y los independentistas». Eso sí, donde el reparto de los recursos haga «justicia» a comunidades como la valenciana y la catalana, hoy infrafinanciadas.

Esa «tercera vía» que defienden los socialistas se sustentaría en una pacto fiscal específico, la inversión y gestión de infraestructuras, la competencia exclusiva en lengua, cultura y educación y la presencia internacional de la Generalitat.

El síndic del PSPV, Manuel Mata, admite que ve con «preocupación» el proceso electoral en Cataluña, ya que existe un «problema muy serio». «Hay un choque de trenes con posiciones que se retroalimentan», sostiene Mata, en relación a las posturas enfrentadas y parece que irreconciliables que lideran Mas y Rajoy. «El presidente del Gobierno es una fábrica de independentistas», critica el síndic socialista, quien confía en que la «centralidad» se imponga en las urnas y que después ambas comunidades «reivindiquen lo que merecen frente al maltrato económico» que sufren en la actualidad. Mata defiende que la solución al «problema catalán» se produjo en el año 2006, con el Estatuto de Cataluña, que reconocía su expresión como nación. «Un acuerdo que luego destrozó Rajoy al recurrir al Constitucional», concluye Mata.

Otro de sus socios de gobierno en el Consell, Podemos, también cree que la independencia sería un «error» y ve con «preocupación» las elecciones de la próxima semana. «El planteamiento de Mas elude los problemas reales de los catalanes, como los recortes, la pérdida de servicios públicos y destrucción de empleo», asegura el síndic de Podemos, Antonio Montiel, quien también denuncia que Rajoy es «una fábrica de independentistas» y critica a Mas por defender un discurso «que no es nada creíble».

Los «Països Catalans» de Marzà

La tercera pata del Botánico, la coalición Compromís, ha estado inmersa en la polémica por las declaraciones del conseller Vicent Marzà y la postura adoptada por el Bloc, unos de los partidos que dan forma a la coalición. Marzà, cuando ejercía como portavoz de Compromís en Castellón, aseguró en una entrevista a una emisora de radio que los «Países Catalanes son una realidad más allá de lo que diga el Estado». «Y no sólo cultural sino políticamente, y deberían serlo en un futuro todavía más», sostuvo Marzà en septiembre de 2014. Hoy, un año después, la vicepresidenta del Consell y líder de Compromís, Mónica Oltra, salió al paso de las declaraciones del titular de Educación alegando que esas palabras las dijo antes de ser conseller y puntualizando que ni el Consell ni Compromís defienden la independencia ni la anexión con Cataluña. Entre tanto, el Bloc aprobó la pasada semana el respaldo a las opciones que defienden el derecho a decidir en Cataluña, en un guiño discreto a los soberanistas.

Frente a la «tercera vía» por la que apuesta parte del Consell liderado por Puig, la oposición en las Cortes, en esto, coincide al apostar por mantener el «status quo». La síndica y presidenta regional el PP, Isabel Bonig, admite vivir el proceso electoral con «preocupación y asombro», a la vez que critica al Gobierno valenciano por «jugar al despiste y no haber dejado claro que esta comunidad tiene una identidad propia». Más dura se muestra ante la postura adoptada por el Bloc y los dos representantes con los que cuenta ahora en el Ejecutivo valenciano. «Que haya dos consellers [Marzà y Climent] de un partido que apoya el secesionismo es sólo el reflejo de las imposiciones del sector más radical y de las cesiones del PSPV».

En una línea similar se muestra la síndica de Ciudadanos, Carolina Punset, que también se une a la «preocupación» ante el resultado en las urnas del 27-S. «Es un problema de todos los españoles, aunque el tripartito intenta ignorarlo», argumenta Punset, quien pone en el punto de mira a los socialistas por haber «pactado continuamente con fuerzas rupturistas y defender una postura ambigua a nivel nacional». A su juicio, la vía independentista que lidera Mas supone el «mayor desafío para la democracia en los últimos 40 años».

Así, con preocupación e incertidumbre aseguran vivir las elecciones en Cataluña los principales partidos representados en las Cortes. La incógnita empezará a despejarse en una semana, el 27-S.

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