Entre el 10 de junio y el 1 de septiembre pasado, el expresidente de la Generalitat Alberto Fabra se encontró, relegamiento como líder del PP al margen, con que en 2014 había ganado nada menos que 22.000 euros más de lo que inicialmente pensaba. Así se desprende de las declaraciones de rentas percibidas el año pasado que presentó en las Cortes, como diputado autonómico, y posteriormente en el Senado, tras su elección como senador territorial. Concretamente, el 10 de junio firmó una declaración para las Cortes en la que comunicaba haber gozado de unas «percepciones netas» de la Generalitat de 54.997,50 euros. En el Senado, en su declaración del 4 de agosto dejó en blanco la casilla referente a sus ingresos en 2014 pero, cuando trascendió públicamente este hecho, presentó una modificación el 1 de septiembre para reconocer unas «percepciones netas» como titular de la Generalitat de 77.082 euros. El escrito inicial a las Cortes quizá explica por qué luego no reflejó en un principio sus ingresos.

Y es que, como presidente, su sueldo más el complemento de vivienda sumaba 77.000 euros brutos, la cifra que recoge realmente el global cobrado, y que notificó al Senado. ¿Y la de las Cortes? Se intuye que pone al descubierto la estrategia de minimizar los ingresos de los políticos, tomando el líquido en nómina mensual y multiplicándolo por 12 o por 14, según el caso. Así, los exconsellers declaran cantidades muy inferiores a los sueldos por presupuesto, 65.000 euros brutos con plus de vivienda: La síndica, Isabel Bonig, 49.570 euros; Màximo Buch, 39.861; MªJosé Català, 40.904; Manuel Llombart, 39.884; o el actual delegado del Gobierno, Juan C. Moragues, 42.156.

La incongruencia de Fabra pone además en evidencia la falta de seriedad de los diputados a la hora de confeccionar sus declaraciones de rentas. Al no haber instrucciones, cada uno anota lo que le parece o conviene, convirtiendo la declaración en un instrumento inútil. Para colmo, unos han reflejado el escrito al fisco de 2014, que es el que tocaba, y otros el de 2013, como ha hecho el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Otro ejemplo de falta de rigor son los sobresueldos del grupo popular. Todos los diputados del PP que ya lo eran en 2014 y que, en consecuencia, recibían un sobresueldo bajo mano del grupo lo han escondido, con la excepción del exsíndic y actual presidente del grupo, Jorge Bellver, que admite 11.200 netos (que se sumaron a la nómina oficial de 45.212 netos), y el presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, 15,680 euros, que se añadirían a lo percibido de las Cortes y Calp, 78.624 en total.

El resto camufla el plus con un genérico «retribuciones Cortes y GPP». En el caso de Rita Barberá, quien ya no es diputada al irse como Fabra al Senado, declara haber percibido 39.300 euros de las «Corts, incluido grupo». Como de la Cámara solo cobraba dos complementos, la diferencia sería unos 25.000 brutos en sobresueldo. Entre el Ayuntamiento de Valencia (65.588 declarados), Cortes, trienios y Puerto suma 111.959 euros. Pero además ingresó 115.271 euros por títulos y acciones y otros 186.950 por rendimientos de cuentas y depósitos. Por todas las vías, Barberá ganó el año pasado 414.000 euros.

Fenoll, líder, con 139.000 euros

Por su parte, Puig percibió en 2013 como diputado del Congreso 64.986 euros, 39.452 como sueldo y 25.534 como indemnización al ser parlamentario de fuera de Madrid. La vicepresidenta, Mònica Oltra, declaró en 2014 unos «rendimientos del trabajo» de 54.821 euros que englobarían los ingresos como diputada y como abogada.

El popular Manuel Pérez Fenoll fue el diputado que más ganó el año pasado, 139.342 euros, de los que 89.005 le vinieron de la Diputación de Alicante y como edil del Ayuntamiento de Benidorm, y 50.337 como dentista. Le sigue Barberá y después, el presidente del PP de Valencia, Vicente Betoret, 98.922 euros de Corts y Vila-marxant; el socialista Manuel Pineda, 84.397; y Alexis Marí (C's), 79.687. De los portavoces, el que más ganó en 2014, fuera de la política, fue Antonio Montiel (Podemos), 67.549.