Una tormenta de ideas cuatro por cuatro para dibujar un Canal 9 tan irreconocible que, ironías del destino, no tendrá un solo empleado (llegó a superar los 1.800) ni contenido político. Durante cuatro horas estuvieron reunidos el presidente Ximo Puig, la vicepresidenta Mónica Oltra, el líder de Podemos, Antonio Montiel y el comisionado de RTVV, José María Vidal, para pactar cómo convertir las siete barras de colores que emite Canal 9 desde el 29 de noviembre de 2013 en imágenes en movimiento el próximo Nou d'Octubre. La «brainstorming», en palabras de Oltra, acabó sentenciando que la nueva RTVV empezará a gatear sin contenido político y con reposiciones de series, películas, en el primer canal, y dibujos animados, en el segundo. Será una televisión con una rejilla provisional que alimentará la nostalgia y servirá para cumplir la promesa electoral de reabrir el Nou d'Octubre. En su comparecencia de ayer tras el pleno del Consell, Oltra también aprovechó para criticar a anteriores gobiernos del PP y recordó que el Ejecutivo está pagando 29.000 euros por el alquiler de la sede de RTVV en Alicante.