Ayer leí en las páginas de este diario una noticia que, he de reconocerlo, me causó cierto estupor por el contenido de la misma. En el texto se insinuaban afirmaciones (sí, el verbo que empleo es el correcto ya que no hay, ni puede haberlo, dato alguno objetivo ni contrastado que sustente los hechos que en la crónica se describen) tales como que Pepe Císcar «maniobra para romper el pacto de gobierno entre PP y Ciudadanos en la Diputación» o que «intenta descabezar a Ciudadanos para conseguir una nueva dirección más afín a él».

Ante tales afirmaciones, no me queda otra que desmentir de manera rotunda (y agradezco la oportunidad que me brinda el diario INFORMACIÓN para ello) los aspectos más relevantes de la noticia.

Pocas personas habrá más interesadas que yo en que el Partido Popular gobierne durante los próximos cuatro años la Diputación Provincial de Alicante. Como presidente provincial, he trabajado mucho para que eso sea así. Además, me he preocupado siempre y en todos los casos para que el proyecto de mi partido esté por encima de cualquier interés personal. Y cuando me refiero a interés personal no hablo sólo del que yo pudiera tener, que también, me refiero a quienes han pretendido durante todo el proceso de elección de diputados provinciales y de constitución de la nueva Corporación Provincial, maniobrar para que la nueva Diputación mirara al pasado.

Quiero que mi partido gobierne la Diputación y, que quede bien claro, que César Sánchez sea su Presidente durante toda la legislatura. Pocos dirigentes políticos poseen, hoy en día, la capacidad y el sentido común que tiene César. Lo ha demostrado sobradamente como alcalde de Calpe y lo va a demostrar en esta nueva etapa. Estoy absolutamente convencido de que la provincia de Alicante va a salir claramente beneficiada de su trabajo y su gestión.

Alguien puede pensar que cuando hablo de César Sánchez me puede nuestra amistad. Puedo asegurar que esa amistad, que es cierto que viene de hace muchos años, no me hace ser subjetivo.

Pepe Císcar está centrado en su partido en la provincia de Alicante y, como he dicho ya en alguna ocasión, lo voy a hacer también en la labor parlamentaria de oposición en las Cortes Valencianas.

Como presidente provincial del Partido Popular, el verbo que más me gusta conjugar es el de «construir». Durante toda mi etapa al frente de la dirección provincial y como vicepresidente y conseller, he trabajado para construir un Partido Popular y una Generalitat más abierta, más transparente, más participativa.

En octubre del año pasado, desde el PP de Alicante organizamos una convención en Benidorm donde dimos importantes pasos en temas de regeneración democrática: entre otras muchas cosas, nos comprometimos a no llevar imputados por casos de corrupción en nuestras listas y obligamos a todos los candidatos a firmar un compromiso previo para que, en caso de ser imputado por asuntos relacionados con corrupción, entregasen su acta.

Otros hablan mucho de regeneración, pero no parece que en la práctica vayan más allá de las palabras. De hecho, nadie en la provincia hizo una apuesta tan fuerte como la hicimos desde el PP de la provincia de Alicante. Ningún otro partido se ha atrevido a dar un paso tan importante.

Tras las elecciones de mayo, iniciamos otro proceso, totalmente participativo y abierto, para analizar los causas de los resultados electorales y las medidas que, como dirección provincial del partido, debíamos tomar al respecto. Entendimos el mensaje de la ciudadanía. En ese proceso en forma de convención abierta „y que vamos a cerrar en el mes próximo mes de septiembre„, dimos voz a todo aquél que quiso venir a hablar. Escuchamos a todo aquél que tenía algo que decir. Por cierto, echamos de menos muchas voces que, durante aquellos días, se escondían en el anonimato de los medios para lanzar sus mensajes, pero no han hecho ninguna aportación donde debían.

En consecuencia, mi dedicación es, en exclusiva, al Partido Popular en la provincia de Alicante y en las Cortes Valencianas. Y no se me pasa por la cabeza, ni tengo tiempo, ni ganas, de influir en otras formaciones políticas.

Y de Ciudadanos, lo único que me ocupa y preocupa es que se cumpla el pacto que suscribió con César Sánchez para la gobernabilidad de la Diputación. Se trata de un buen acuerdo para la provincia de Alicante y la propia institución.

Por eso, la crónica de ayer la circunscribo en las batallas internas que se viven en esa otra formación política, en la que algunos parece que pretenden utilizar mi nombre como mera cortina de humo.

Si en Ciudadanos tienen problemas internos, que por lo que vamos conociendo parece que así es, lo que tienen que hacer es arreglarlos dentro de su propia casa, en el ámbito de su autonomía política, como hacemos el resto de partidos cuando tenemos cuestiones que solucionar.

Y si cuando se habla de esos problemas internos de Ciudadanos en la provincia de Alicante, los medios de comunicación sacan a relucir el pasado político en el PP de alguno de sus dirigentes, es algo que deben pacíficamente aceptar porque el pasado de todos está ahí y no se puede borrar.

Yo, del mío, estoy muy orgulloso. Convencido de mi gestión como alcalde en el Ayuntamiento de Teulada, en el Consell de la Generalitat y en el Partido Popular. Por supuesto, como cualquier mortal, he cometido errores, de los que siempre he intentado aprender, pero me siento orgulloso de mi pasado.

Y, sobre todo, orgulloso de haber contribuido a desterrar antiguas formas que muchos entendimos que no eran las que queríamos para esta gran familia que es el Partido Popular de la Provincia de Alicante.

Así ha sido, y así va a seguir siendo mientras sea presidente de mi partido en la provincia de Alicante. Y desde ahora muy centrados en unas elecciones generales que son trascendentales para el futuro de esa gran provincia que es Alicante y de esa gran nación que se llama España.