Císcar ha rodeado a César Sánchez de gente de su absoluta confianza, con el fin de estar informado en tiempo y forma de cualquier cosa que hace o dice el presidente de la Diputación, a pesar de ser miembro de su mismo partido... o precisamente por eso.

Prueba de ello son dos nombramientos claves en cualquier gobierno. El nuevo jefe de Comunicación de la Diputación, José Santamans, no es un hombre de confianza del alcalde de Calp, como cabría esperar, sino el antiguo jefe de Prensa de Císcar en la vicepresidencia de la Generalitat.

Tampoco el jefe de gabinete de Sánchez es alguien vinculado directamente a él. Antonio Peral, exdiputado autonómico, a quien está vinculado políticamente es a Císcar. Y su papel quedó claro en el primer acto institucional (junto al rector de la UA) en el que Sánchez participó tras el nombramiento de Peral. A pesar de que los jefes de gabinete, un cargo de máxima confianza y de gran contenido político, suelen moverse en la trastienda y jamás comparten espacio público con su «jefe», Peral apareció sentado en el mismo sofá del despacho del rector junto a Sánchez para la foto oficial, algo inédito en ninguna institución hasta el momento.

Las presiones de Císcar a Sánchez para que diera cargos de confianza a miembros del PP leales a él o a los que había hecho alguna promesa previa han sido constantes desde que el alcalde de Calp tomó posesión. Y fuentes de la dirección del PP críticas con Císcar consideran que estas presiones están en el origen de que Sánchez no haya renunciado aún a su acta de diputado en las Corts. «No se fía de Pepe y quiere tener una salida para poder dimitir si continúa forzándole», señalaron dichas fuentes.